Siendo la comida mexicana Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, no queda duda de su exquisito sabor y valor tradicional. Sin embargo, a la hora de querer bajar de peso o seguir un régimen bajo en grasas por salud, se vuelve casi imposible disfrutar de este tipo de manjares.
Sin importar el argumento que destaca el poco valor nutricional que poseen las preparaciones mexicanas, muchas personas mantienen firme su postura respecto a lo imprescindible que es mantener los ingredientes y recetas originales para preservar los sabores.
Y, en contrarrespuesta, existen expertos en las artes culinarias que han demostrado que si es posible adaptar ciertas recetas para prepararlas en una versión mucho más saludable y nutritiva para nuestro cuerpo.
Toma en cuenta las porciones
En primer lugar, antes de satanizar la comida típica mexicana, o cualquier otro tipo de alimentos, lo primero que tienes que hacer es poner todo en la balance y comprender que una pequeña porción de antojo no saboteará por completo todo tu régimen y que al contrario te mantendrá motivado y lleno de endorfinas.
Cambia los ingredientes por sus versiones light
Una variable en común de muchos de los platillos mexicanos es que llevan como acompañante complementos untables como crema y esparcibles como queso. En estos casos, la mayoría de las marcas de lácteos ofrece versiones reducidas en grasas y azúcares.
Utiliza tortillas alternativas
Si bien, la base de la alimentación en México es la tortilla, este ingrediente conformado en su base nutricional por carbohidratos, añade 50 calorías por pieza a la ingesta total diaria, por lo que, además de consumirlas con moderación, deberías considerar cambiarlas por sus versiones alternativas, elaboradas con otro tipo de harinas, como la del nopal, que es menos calórica e igual de deliciosa.
Aumenta la proteína
Muchas de las recetas típicas no son por si solas bajas en nutrientes, ya que suelen aportar en pequeñas cantidades cada uno de los elementos esenciales para la obtención en energía. Sin embargo, siempre predominan en ellas los carbohidratos, por lo que para lograr un equilibrio nunca está de más añadir una porción más de proteína para mantenernos saciadas y así evitar que queramos consumir más porciones.
Respecto a este punto, considera añadir más pollo a una sola enchilada, en lugar de consumir dos piezas o espolvorea proteína deshebrada sobre chilaquiles. Con este y otros pequeños cambios comenzarás a notar verdaderos cambios en tus menús y en tu salud en general.