Tras protagonizar hace casi dos años una boda de ensueño -y muy campestre, todo hay que decir- en una granja ubicada en la isla de Ibiza, la pareja formada por los actores Alicia Vikander y Michael Fassbender iniciaron una apacible vida en una amplia finca situada a las afueras de Lisboa, de lo que se desprende un claro intento de alejarse del mundanal ruido que define a las grandes ciudades y, de paso, olvidarse momentáneamente de la proyección pública derivada de su trabajo. “Cada vez que ruedo una película y tengo que conceder entrevistas, me doy de bruces contra la realidad de la fama. A veces me olvido de lo mucho que ha cambiado mi vida en estos últimos tiempos y eso es porque llevo una vida muy relajada”, reveló la intérprete sueca, de 30 años, en conversación con la revista Harper’s Bazaar. Una de las grandes ventajas que les brinda a ambos su actual estancia lusa reside en el hecho de que su vivienda se encuentra a escasos metros de la costa, lo que facilita enormemente que Michael pueda cultivar casi de forma diaria su pasión por el surf y, en el caso de Alicia, el disfrute de una agradable meteorología que contrasta notablemente con las bajas temperaturas de su Suecia natal. “Nací y crecí en un país muy frío y oscuro, y la verdad es que Portugal es un entorno completamente diferente, ideal para hacer yoga al aire libre. Además, a mi marido le encanta el surf, así que no podríamos sentirnos más afortunados de vivir tan cerca del mar”, aseguró la artista sin disimular en ningún momento su satisfacción.