Aunque a estas alturas es de sobra conocida la pasión de Salma Hayek por la alta costura, y también el hecho de que su marido, el empresario francés François-Henri Pinault, ejerce desde el año 2005 como director gerente del conglomerado empresarial que incluye firmas de lujo tales como Gucci, Yves Saint Laurent o Balenciaga; hasta que uno no entra en el amplio vestidor que la mexicana tiene en su mansión de Londres, es imposible apreciar en todo su esplendor la magnitud de tamaña combinación. Pero para hacernos una idea de lo impresionante del guardarropa de la estrella de cine, ahora contamos con el testimonio directo de una de las actrices más carismáticas y transparentes del momento, la también humorista Tiffany Haddish, quien no dudó en pedirle al afamado matrimonio que le dejara pasar la noche en la habitación donde se concentran todos esos lujosos vestidos, zapatos y accesorios durante una reciente visita a la casa. “Bueno, sé que no debería contar estas cosas, pero... Cuando llegué a Londres, la idea era pasar una noche en casa de Salma Hayek. Ahora puedo decir que somos amigas. Y cuando llegué ahí me di cuenta de que su casa era en realidad un palacio. Y quedó muy claro que lo era cuando me dijeron: ‘Elige una habitación’. Luego me enseñó las diferentes estancias y me encontré este vestidor, la cosa más maravillosa que he visto en mi vida”, ha revelado la artista en conversación con el diario The Guardian. “Tiene de todo, Gucci, marcas de ese tipo, de todo. Y claro, no me pude contener y le dije: ‘Quiero dormir aquí'", bromeó justo a continuación la protagonista de cintas de comedia como Night School o Girls Trip. Independientemente de la grata impresión que le causó el vestidor de Salma, lo cierto es que la artista cambió rápidamente de opinión cuando pudo admirar con sus propios ojos el dormitorio de “princesa” con el que solía contar en la capital británica la pequeña Valentina Paloma (11), quien por suerte para Tiffany se instaló recientemente en otra habitación de la mansión quizá más propia para su actual etapa de preadolescente. “Claro que luego me enseña la antigua habitación de su hija, con paredes pintadas de rosa, una cama circular, decorada con unicornios y cosas así... Y ahí ya me decidí del todo, les dije: '¡Quiero dormir aquí!’. Siempre soñé con ser una princesa y este dormitorio es digno de una princesa”, ha afirmado todavía maravillada en la misma entrevista.