Modelo, cantante y actriz, Vanessa Paradis tiene una presencia cada vez más constante en el cine (participó en tres filmes europeos en 2017 y comenzó a trabajar en dos más en 2018), y aunque ha sido constante en la pantalla grande desde 1989, tuvo que esperar dos décadas para encontrar un rol como el que siempre había querido interpretar: uno de personalidad compleja, que fuera un reto histriónico que la llevara a sus límites.
Eso sucede en Un couteau dans le cœur (La daga en el corazón) que, situada en 1979, narra la historia de Anne, una productora de cine porno gay de mala calidad que, violenta y alcohólica, queda destrozada cuando su pareja la abandona, por lo que decide volcarse en la realización de la película más ambiciosa de su carrera.
Paradis la interpreta de una manera fuera de serie y por completo lejos de su zona de confort; se le nota mucho más intensa y emocional que nunca gracias a la guía de su compatriota, el director Yann Gonzalez.
Viajemos en el tiempo, justo cuando diste la vuelta a la última página del guión de esta película, ¿qué sentiste?
¡Todo fue tan obvio para mí en ese momento y es que está maravillosamente escrito! Es una historia que no había leído en alguna otra parte y me ofreció un papel increíble, ¿cómo podía no aceptarlo? Yo deseaba interpretar un rol complejo y aunque he experimentado con personajes excesivos nunca había superado mis expectativas...
Sin duda, era perfecto para mí, así que acepté el proyecto de inmediato y sin dudarlo, muy emocionada por el hecho de que me obsequiaran la oportunidad de meterme en la piel de Anne. No soy escritora ni directora, pero si lo hubiera sido habría pensado dos veces antes de darme este personaje a mí (risas).
¿Cómo te preparaste para representar a Anne? ¿Investigaste, observaste otras cintas o te basaste en un rol que habías visto antes?
Yann me mostró una infinidad de filmes que eran importantes para él, como Dressed to Kill, de Brian De Palma; Simone Barbès ou la vertu, de Marie-Claude Treilhou; Possession, de Andrzej Zulawski, y Neige, de Juliet Berto...
Hablamos mucho al respecto, pero nos limitamos a hacer algunas lecturas y ensayos. Recuerdo un día que estábamos trabajando una escena en la que Anne va a reclutar a un tipo y entonces lo seduce y cierra el trato deslizando un cheque en sus pantalones... Yann, quien es muy tímido cuando no está en el set, estaba haciendo el papel del joven, así que ahí estaba yo, encima de él como se suponía que debía hacer, pero los dos empezamos a reír a carcajadas porque nos pareció un momento muy vergonzoso.
Fue muy curioso que él eligiera ensayar esa parte en particular, pero creo que quería verme en mi papel de mantis religiosa.
¿Qué fue lo que más te gustó de interpretar a Anne?
Que toda la vida tuve en mente realizar papeles distintos, extravagantes e inusuales. Y ¿sabes? las decisiones se toman dependiendo de lo que la vida te ofrece y, por ende, es fácil optar por buenas determinaciones cuando lo único que recibes son grandes propuestas. Siempre quise formar parte del reparto de películas que me parecieran sorprendentes por su tono, por la historia o por la puesta en escena.
Esos filmes en realidad no son tan frecuentes, pero esta vez uno de ellos llegó a mis manos y no lo dejé escapar.
¿Hubo algunos aspectos de la cinta, o ciertas escenas que te asustaran o provocaran temor?
Sí, por supuesto. Realmente temí en una escena en la que tenía que atacar a Kate Moran, quien interpreta a Loïs, la expareja de Anne. Estaba asustada de tener que atacar a Kate, quien es una persona a la que adoro. Quería que esa escena quedara atrás tan pronto como se pudiera y creo que Yann sentía lo mismo. Kate y yo platicamos mucho antes de hacerla, sin ensayarla. Estábamos muy nerviosas.
El día que se filmó, Yann me decía: “Todo está perfecto, pero no la estrangules”. Tenía que ser muy delicada, poner mi mano en su garganta pero sin apretarla... Fue Kate quien me animó a poner fuerza en la mano, fue algo gracioso pero extraño.
Me encantó ver a Kate actuando en el set. Ella estudió baile, por lo que tiene un porte elegante y es una mujer muy trabajadora y extremadamente disciplinada. Y, sobre todo, tiene una increíble presencia en cámara.
Estoy realmente conmovida por la relación cineasta-musa que ella y Yann han tenido durante tanto tiempo. Admiro mucho ese tipo de unión.
¿Cómo surgió la interacción de tu rol con Nicolas Maury, quien interpreta al ‘cómplice’ de Anne, Archibald Langevin?
En su primer día de rodaje, descubrí a Nicolas con una peluca rubia y mi impermeable verde, listo para interpretar a mi personaje contra dos policías, ¡en una película porno! Eso inevitablemente crea vínculos.
Deberías haber oído a Yann riendo con cada una de las tomas de Nicolas. Su voz y su comunicación no verbal son fascinantes. Su formación teatral le da una increíble seguridad y libertad.
Se nota de inmediato. Te puedo decir que él no necesita de varios días para entrar en el personaje. Nicolas y Kate son muy trabajadores, leen y se cultivan constantemente.
Desde la primera vez que Yann nos presentó a los tres, estábamos entusiasmados, esperando el día en que pudiéramos por fin comenzar esta película que estábamos tan deseosos de realizar; de hecho, todo el equipo se sentía igual.
Y cada día que filmamos, platicábamos sobre lo que habíamos hecho la jornada anterior, cada vez más emocionados y cautivados por la oportunidad.
Hay diseños increíbles en el filme y el vestuario destaca.
No se trata de una recreación gráfica de los años 70, pero ciertos artículos importantes (como la gabardina de vinilo verde botella, la falda de cuero y las botas rojas) tienen una fuerte presencia visual y fueron elementos elegidos con sumo cuidado.
Yann Gonzalez llamó a la encantadora Pauline Jacquard para hacer el diseño de vestuario y lo curioso es que ésta fue su primera experiencia en una película. Ella ha trabajado por años en el mundo de la moda y dio ideas maravillosas. Luego fue Yann quien eligió todo con mi ayuda.
A veces me gustaban ciertos atuendos, pero él decía “no, esto no”. Él sabía exactamente lo que quería, porque es increíble hasta qué punto el vestuario es capaz de crear una actitud en los personajes. Todo lo que usamos fue vintage auténtico: las hermosas botas rojas, por ejemplo.
Sólo había un par de ellas y parecía que el tacón se iba a romper todo el tiempo. Cuando tenía que correr bajo la lluvia sólo pensaba en lo terrible que iba a ser arruinar ese par único de magníficas botas rojas imposibles de conseguir de nuevo.
¿Y tu pelo rubio? ¿cómo surgió la idea de transformar tu look?
Desde la preproducción, Yann tenía la mente puesta en el rubio platinado. Vimos muchas fotos de la época y nos encontramos con imágenes de Debbie Harry, la vocalista de Blondie, quien, sin duda, es una musa en lo que respecta a la apariencia, el maquillaje y los peinados de la época.
Entonces creamos nuestra propia mezcla; una composición de varias inspiraciones, aunque la idea original del look vino de Debbie Harry. Anne es una versión más despeinada y defectuosa de ella...
En cuanto al maquillaje, cuando encontramos la sombra de ojos azul eléctrico dimos otro paso. Recuerdo el día en que hice las primeras pruebas para el vestuario y el peinado final: vi estrellas en los ojos de todo el equipo.
Porque al fin, después de haber sido rechazada y de estar en peligro de no ver la luz, esta película que habíamos esperado por tanto tiempo se estaba convirtiendo en realidad, y el personaje principal existía. Hasta hoy puedo recordar cómo me miraron y cómo me hicieron sentir.
Como actriz, ¿ qué significó para ti trabajar con el director Yann Gonzalez?
Su percepción artística es muy precisa y abierta. Lo he visto trabajar sin parar. Todo fue muy alegre, pero bien preparado. En ocasiones, en el set, nos reíamos y jugábamos con el equipo; sin embargo, de reojo alcanzaba a ver a Yann pensando en la siguiente toma o escena.
Adoro observar a las personas que están sumergidas en su arte hasta ese punto. Hay una escena en la que hacemos un casting de prostitutas travestis que filmamos hasta las seis de la mañana en una pequeña cafetería.
El lugar se encontraba lleno, la temperatura se sentía como a 50ºC dentro y no podías ni respirar, pero Yann no se rindió hasta que consiguió lo que quería obtener de mí. ¡Amo a las personas así!