A los 60 años, el actor sigue siendo muy atractivo para el público, lo acabamos de ver en “Inferno” y próximamente estará en “Toy Story 4" en el 2018
A Tom Hanks le encanta conversar. Sus respuestas son largas, pero no te das cuenta de eso porque habla con tanta pasión, que podrías escucharlo durante dos horas seguidas. Ahora tiene mucho que compartir, pues regresa a la pantalla grande como Robert Langdon, el personaje que creó Dan Brown para narrar las historias de sus libros The Da Vinci Code y Angels & Demons, entre otros, y que ahora Hanks encarna por tercera vez en Inferno.
Estamos en una sala del centro de convenciones del Marina Bay Sands, en Singapur. Hanks, quien hace unos meses cumplió 60 años, cuenta cómo es estar en la piel del profesor de simbología Robert Langdon una vez más.
Como actor, ¿cómo te mantienes interesado en un papel que ya has hecho otras veces, el de Robert Langdon?
No hay truco alguno, no requiere que hagas ningún trabajo especial, hay personajes que hablan por sí solos. La verdad es que no estaría involucrado en esto si el personaje no estimulara mi sentido de la fantasía. Robert Langdon es fabuloso para interpretar, no tiene pasado que cargar y es inteligente. Cada vez que aparece en escena todo el mundo se voltea a verlo, y en todas estas historias que Ron Howard ha filmado se mete en algo que lo impulsa a recorrer un camino difícil. No tienes que trabajar mucho en sus motivaciones, al final se trata de sus procedimientos y de su comportamiento, los cuales ya escribieron Dan Brown y David Koepp, el guionista. No me imagino a mí mismo involucrándome en algo que no me guste. No puedo hacerlo.
Inferno no es el último libro de la serie sobre Robert Langdon. ¿Piensan filmarlos todos?
No hemos filmado todos los libros, no tenemos que hacerlo porque no estamos bajo contrato. Filmamos los que nos interesan. De repente vemos nuevos territorios en los que nos podríamos adentrar, cosas que nosotros podríamos aumentarle a la historia y, ahora, Dan Brown tiene en Inferno un tema más auténtico y específico con el que lidiar. No es algo que pasó hace miles de años, sino que trata del futuro del mundo, así que lo único que tuvimos que hacer fue conversar al respecto y ver si encontrábamos algo que nos motivara a filmar. Después, esperamos que los productores pusieran el dinero para hacer la película y lo hicieron.
El futuro y las viejas amistades
En 1984 el mundo entero supo que había un comediante joven y talentoso llamado Tom Hanks gracias a la película Splash. Este filme lo dirigía Ron Howard, quien se alejaba de la actuación para tratar de empezar una carrera como director. Más de 30 años después, Hanks tiene dos Oscars y Howard uno, y no han dejado de trabajar juntos. Además de la trilogía de libros de Dan Brown y Splash, ambos filmaron Apollo 13. Inferno es su quinta colaboración y, al parecer, las cosas no han cambiado entre ellos tanto como muchos suponen.
Prácticamente empezaste tu carrera junto a Ron Howard y has trabajado varias veces con él. ¿Qué cambios notas en él desde esa primera colaboración juntos?
Para empezar, Ron ha perdido su cabello (risas). Cuando comenzamos éramos muy jóvenes, pero para mí él era alguien muy importante, porque lo veía actuar en televisión. Recuerdo que un día entré a un cuarto para hacer la audición para el papel de Splash; pensé que querían al tipo chistoso de la película, pero Ron estaba tratando de llevar acabo su proyecto y lo hacía con mucha seriedad. Los años han pasado, pero Ron y yo hablamos ahora como esa primera vez que nos dirigimos la palabra. Los dos amamos las películas, él siempre quiso ser un director y yo soy un actor más que cualquier otra cosa. Siempre que he trabajado con él me ha retado y cada vez que estamos juntos retomamos las conversaciones que se quedaron pendientes.
Ron Howard te pone como un ejemplo en el set. Dice que nunca te vas a tu camerino y que estás disponible siempre.
Lo que pasa es que no hay nada que sustituya el poder de ahorrar tiempo, que es una de las cosas más importantes durante la filmación. Además, no puedo actuar cuando alguien trae mala vibra y lo quiere hacer notar. Todos tienen que estar relajados en el set y si puedo ayudar a lograrlo, perfecto; una forma de hacerlo es llegar temprano y no irme hasta terminar. Imagínate a Ron preguntando dónde está Robert Langdon (yo) y resulta que Langdon está hablando en su celular en su tráiler al otro lado del set, y va a tardar 10 minutos en llegar. Cuando lo haga va a estar de malas porque interrumpieron su llamada... Mejor me quedo ahí; si necesito tomar una siesta lo hago en la cama del set, en lo que arreglan la iluminación.
¿Ha cambiado la forma en que te exiges con el boom de las series de televisión en streaming?
Lo que pasa es que ahora puedes tomar un libro y en lugar de contar la historia en dos horas, como en el cine, lo puedes hacer en 12 gracias al éxito y a la apertura de la televisión. No puedes negar que es fabuloso en escritura y cinematografía, ya que tienes una gran variedad de historias que van desde Fargo hasta True Detective. Se tiene otra forma de filmar y una narrativa sensacional; el problema es que la generación de niños que tiene entre 8 y 10 años de edad se está acostumbrando a entretenerse gratis y la única forma de superar eso es hacer algo tan bueno que tengan que apagar sus celulares y sus tablets para salir a buscarlo. Ese es el reto que tenemos como cineastas: hacer una película tan buena que tengan que pasarla en 2.000 salas durante seis meses.
En Arabia Saudita hubo una mujer, Haifaa Al-Mansour, que filmó la historia de una niña que quería una bicicleta. Resulta que tuvo que esconderse en una camioneta para poder filmar su película (La bicicleta verde). Fue la sensación en un par de festivales hace tres o cuatro años y luego llegó a Estados Unidos y la gente la fue a ver al cine; vimos Arabia Saudita como nunca antes. Esa es la muestra de que si hay algo bueno en el cine vas a dejar Internet para ir a verlo. El problema es que alguien esté dispuesto a pagar por eso en el futuro.
Por lo regular se mide a los cineastas de acuerdo con la taquilla de sus películas. ¿Así mides tu éxito?
No, de lo contrario nunca me arriesgaría, nunca trataría de contar una historia original. Aceptaría solo cuando el equipo de marketing del estudio diga que se puede vender. Las cosas han cambiado tanto en los últimos años, que puedes filmar lo que quieras. Le pregunté al actor Irrfan Khan cómo ven las películas en India y me dijo que casi todas las bajan de Internet. Las ganancias se han visto afectadas por esto, pero creo que estoy en una posición afortunada. A mí me ha ido bien, pues tengo suficiente dinero en el banco, por lo que lo único que me importa es si estoy contando las historias de una forma artística, si me estoy retando, si estoy tratando de lograr lo imposible...
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