En el último par de años, Thalía ha sabido hacerse un hueco en la cada vez más competitiva escena del reguetón colaborando con algunas de sus estrellas más prometedoras, pero esa no ha sido la primera ocasión en que la actriz y cantante ha sabido conquistar un mercado extranjero y desconocido para ella, como se ha encargado de recordar ella misma en sus redes sociales. La estrella mexicana ha compartido en su canal de YouTube un video recopilatorio de los mejores momentos de su viaje de una semana a Manila en agosto de 1996, en pleno auge del fenómeno que se creó en torno a sus tres telenovelas más icónicas: María Mercedes, Marimar y María la del Barrio. Tal y como apunta la descripción de esa publicación, su paso por Filipinas -por donde ya había pasado brevemente con anterioridad- tuvo un impacto mayor que la visita que el papa Juan Pablo II había realizado un año antes o del mismísimo Elvis Presley.
En aquel momento, la artista tenía tan solo 25 años, pero se defendió como la profesional que ya era ante las muchedumbres que se apelotonaban allá donde iba y en las entrevistas que concedió en un inglés entrecortado intercalado con español. En una de esas conversaciones, que ha compartido en YouTube, una jovencísima Thalía explicaba a qué había tenido que renunciar a lo largo de su carrera, sus planes para regresar a la universidad y perfeccionar su dominio del idioma o sus problemas para conocer a un hombre.
“Es difícil porque se han acercado a mí muchas personas, chicos, hombres jóvenes, pero solo porque soy Thalía no por mi yo real, por quien soy por dentro. Solo les interesa la fama o salir en una foto en los periódico o poder decirles a sus amigos que su nueva novia es Thalía. Y eso no me gusta porque siempre soy honesta y me resulta casi imposible encontrar a alguien que sea directo y sincero. No tengo prisa, pero espero y sé que Dios tiene a mi media naranja esperándome en algún lugar del mundo. Él sabe quién es, dónde está y cuándo conoceré a mi marido”. Lo que ella no sabía en ese momento es que cuatro años más tarde contraería matrimonio con su ‘príncipe azul’, el productor Tommy Mottola, con quien ha creado una preciosa familia y forma uno de los matrimonios más estables de la industria.