Hace unas semanas, Sophie Turner se sinceraba durante una entrevista televisiva acerca de la etapa tan oscura que había atravesado precisamente en el momento en que había empezado a despegar su carrera al margen de la serie Game of Thrones, en la que participa desde su adolescencia, gracias a la franquicia X-Men.
Problemas por su físico
Uno de los motivos por los que acabó sumida en una profunda depresión fue, según ha explicado ahora, la presión que comenzó a recibir por parte de los estudios y productores al ganar peso de forma inesperada. “He experimentado de primera mano los efectos de las enfermedades mentales y he visto lo que puede hacer a los que rodean a la persona que la sufre. De pronto, mi metabolismo se detuvo por completo y empezaron a salirme granos y engordé, y todo esto me sucedía delante de las cámaras”, confesó en conversación con la edición australiana de Marie Claire. https://www.instagram.com/p/BtjOTm_hm8S/ Al parecer, esos críticos no tuvieron en cuenta que una chica de la nobleza en un universo como el de la ficción de HBO, inspirada en un mundo medieval en el que existen los dragones y la magia, no tenía porqué lucir abdominales o una silueta de gimnasio y que los poderes de Jean Grey, la mutante a la que dará vida de nuevo en Dark Phoenix, se basan en su mente, no en su cuerpo. https://www.instagram.com/p/BuW_xxTBnru/ Su salvación acabó siendo la terapia, que ahora recomienda a cualquiera que quiera escucharla. “Todos necesitamos un terapeuta, en especial si te repiten constantemente que no eres lo suficientemente bueno o guapo. Creo que es muy importante tener alguien con quien hablar, y que te ayude a lidiar con lo que suceda”.