Las acusaciones realizadas por Dylan Farrow contra su padre adoptivo Woody Allen, quien sostiene que abusó sexualmente de ella cuando era una niña, han provocado que en el último par de años, muchos de los intérpretes que soñaban con ponerse a las órdenes del cineasta o que lo habían conseguido le dieran de repente la espalda, obviando aparentemente el hecho de que las primeras informaciones sobre el caso se hicieron públicas allá por 1992, cuando se inició una investigación policial que determinó que no había pruebas suficientes para demostrar que hubiera tenido lugar una agresión.
Scarlett Johansson, sin embargo, no piensa renegar del cineasta con que ha realizado algunas de las películas más aplaudidas de su carrera -Match Point (2005), Scoop (2006) y Vicky Cristina Barcelona (2008)- y no duda en afirmar que volvería a rodar con él en cuanto se lo propusiera.
“Quiero a Woody, y yo le creo. Volvería a trabajar con él sin dudarlo. Nos vemos tan a menudo como me resulta posible, y hemos mantenido muchas conversaciones acerca de este tema. Yo he sido muy directa y franca al respecto, y él también. Sigue sosteniendo que es inocente, y le creo”, afirma rotunda la intérprete en una nueva entrevista al portal The Hollywood Reporter.
Por otra parte, ella también comprende que la opinión de la industria acerca de Woody Allen se haya polarizado tras la aparición de los movimientos sociales como #MeToo o Time’s Up, que buscan acabar con las dinámicas de discriminación, acoso y silencio que han imperado en la meca del cine durante demasiado tiempo.
“Resulta muy complicado, lo sé, porque nos encontramos en un momento en que los sentimientos están a flor de piel, obviamente. Las cosas tienen que cambiar, así que mucha gente está enfadada y se trata de un asunto que levanta pasiones y sobre el que hay muchas opiniones diferentes, y con razón. Estamos en una época muy intensa”, afirma sobre el ambiente actual que se respira en Hollywood.