El cantante Robbie Williams nunca ha ocultado que sus años de juventud en el seno de la famosa boy band Take That se vieron en buena parte caracterizados por esa dinámica de caos y hedonismo tan propia de ciertos sectores del mundo del espectáculo. Así que no debería resultar sorprendente que el intérprete, de 45 años, se congratule ahora de haber sido capaz de reaccionar a tiempo y rectificar de esta forma su comportamiento para dar paso a una etapa de madurez mucho más saludable.
“En los noventa, todo era strippers y cocaína y ahora mi vida es mucho mejor porque gira en torno al hummus y al apio. Solía vivir con los horarios y la intensidad de una estrella del rock, lo que implicaba irme a la cama a las cuatro de la mañana y amanecer por la tarde. Desde que soy padre, me he dado cuenta de que antes no tenía insomnio, sino que era un vago y tendía a la exageración”, admitió el artista en conversación con el tabloide Daily Star.
El astro del pop, padre de los adorables Theodora (6), Charlton (4) y Colette (seis meses) junto a la persona a la que atribuye buena parte del mérito de haber pegado semejante vuelco a su vida, su esposa Ayda Field, se propuso hace unos meses desprenderse para siempre de otro de los hábitos más nocivos que arrastra de ese período tan turbulento, el consumo de tabaco, y para ello no dudó en recurrir a una de las actividades favoritas de sus pequeños.
“Me ha dado por colorear últimamente con las ceras de mis hijos y me está sentando muy bien. Tengo algo nuevo en lo que concentrarme y el arte siempre es bueno para desviar la atención. A todos aquellos que están intentando dejar de fumar, solo puedo decirles que entiendo las dificultades de la lucha, pero hay que perseverar. Durante toda la semana me he sentido relativamente bien, pero en la última hora y media me entra un ataque de ansiedad, me sentía abrumado y necesitaba salir de casa un rato para tranquilizarme”, compartió el artista a principios de año con sus seguidores de Instagram.