¿Qué tienen en común Joan Collins y la reina Isabel II?

Tiene que ver con la salud

En un principio, podría parecer que la reina Isabel II y la intérprete Joan Collins no comparten muchas cosas, en vista de que la antigua protagonista de la serie Dynasty conserva a sus 84 años un sentido de la moda tan personal como el de la monarca británica, pero mucho más llamativo y definido por su pasión por las joyas.

Sin embargo, la nonagenaria cabeza de la monarquía británica sirvió de inspiración a Joan para cuidar un poco más su salud copiando su costumbre de llevar guantes cada vez que se aventura en público.

En el caso de la artista, tomó la decisión de adoptar esa misma medida después de que las pasadas navidades contrajera una fuerte gripe que la dejó varios días en cama durante un viaje en avión a Dubái. Aunque en un principio consiguió reunir fuerzas y seguir adelante con el espectáculo An Evening with Dame Joan Collins que tenía programado en la ciudad, de regreso a Londres se vio obligada a guardar reposo absoluto -hasta el punto de pensar que había llegado su “hora"- y perderse varias celebraciones festivas a las que tenía muchas ganas de acudir.

“Ahora llevo guantes siempre que es posible para protegerme de los gérmenes más virulentos. Puede que parezca una excentricidad, pero esperen a ver con una mascarillas quirúrgica puesta”, aseguraba la estrella en un artículo escrito para el suplemento Spectator.


Evidentemente, Joan ni se plantea abrazar o besar a completos desconocidos que le presentan con frecuencia en los eventos a los que acude, como sí hacía antes, y no duda en bloquear con cinta adhesiva el conducto de ventilación colocado junto a su asiento en los vuelos, o en desinfectar con toallitas su asiento y pantalla.

“Recuerdo que una vez estaba cenando en un restaurante muy popular, y vi cómo el gerente le estrechaba la mano al dueño y después se me acercó, con sus ademanes pegajosos, ofreciéndome su apéndice... y me refiero a su mano. Me negué a estrechársela porque no podía parar de pensar que estaría cubierta de gérmenes. La verdad es que se ofendió bastante, pero mi doctor me dijo que nunca se puede ser lo suficiente precavido”, explicaba en ese mismo artículo para poner un ejemplo ilustrativo de lo estricta que se muestra ahora acerca de su contacto con potenciales focos de infección.

En el caso de Isabel II, sus guantes -siempre de la casa Cornelia James- le sirven como ‘protección’ y barrera en los actos públicos en los que se ve obligada a estrechar cientos de manos que no sabe qué podrían haber tocado antes.

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