La socialité resulta muy estricta al momento de cuidar su hogar
La estrella televisiva Kim Kardashian ya se ha expresado en varias ocasiones sobre lo revoltosos que pueden llegar a ser sus hijos North (4) y Saint (2) -la pequeña Chicago (4 meses) todavía no ha crecido lo suficiente como para cometer travesuras- cuando les da por canalizar toda su energía en sus juegos diarios y también en alguna que otra travesura que pueden sacarla de quicio.
Por eso no debería resultar del todo sorprendente que la esposa del rapero Kanye West haya decidido ahora tomar medidas drásticas para evitar que sus niños le arruinen el nuevo mobiliario con el que ha decorado buena parte de su casa, una tarea que no debería resultarles demasiado complicada teniendo en cuenta que la mayoría de los muebles son de un color blanco inmaculado.
“Nuestra casa es de un estilo minimalista y moderno, lleno de muebles blancos, así que ya no les dejamos jugar en el salón ni en ninguna otra parte de la casa que no sea su habitación de juegos. Ahí están todos los rotuladores y las pinturas, y es donde pueden comportarse de la forma más salvaje que quieran. Tan pronto como hayan terminado, ya no tienen deseo alguno de ensuciar el resto de la casa”, reveló la celebridad en su blog personal.
Hace dos semanas, la propia Kim Kardashian se encargaba personalmente de desmontar cualquier teoría sobre el carácter supuestamente idílico de su vida doméstica al asegurar, al mismo tiempo que compartía un artístico retrato familiar en las redes sociales con motivo del Día de la Madre, que la única vía para conseguir que sus retoños posaran relajados delante de la cámara consistía en sobornarlos con golosinas.
“Nunca entenderían cuántos sobornos con paletas me costó esta fotografía, pero mereció la pena. Feliz Día de la Madre a todas las madres que hay ahí afuera. Soy la madre más afortunada del mundo por tener a estos tres pequeños en mi vida”, explicaba emocionada en la descripción de la citada instantánea que publicó en Instagram.
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