En el último medio año, Priyanka Chopra y su flamante marido Nick Jonas se han hartado de escuchar un sinfín de veces sobre el número aparentemente interminable de bodas que protagonizaron y lo extravagante de las mismas. Al margen de las tradiciones de la religión hindú con las que cumplieron antes del enlace en sí mismo, en realidad, la pareja solo organizó tres eventos con el del palacio Taj Umaid Bhawan de Jodhpur que alquilaron para la ocasión: una cena de ensayo para sus 250 invitados que, en su caso, sirvió también como ‘sangeet’ o la fiesta musical que marca el inicio de la celebración, y dos ceremonias nupciales en los días posteriores para convertirse en marido y mujer. En contra de la creencia popular, la novia no se volvió loca a la hora de afrontar los preparativos de su gran día y, si la situación se le escapó ligeramente de las manos, fue precisamente porque no contó con tiempo suficiente para censurar algunas de las ideas más descabelladas que le propusieron. “Decidimos cuál era el lugar donde queríamos celebrar nuestra boda en octubre y nos casamos el uno de diciembre. Tuvimos un mes y medio para planearlo todo, así que nos tocó decir: ‘Vamos, vamos, vamos, vamos a hacerlo’. Y de pronto nos dimos cuenta: ‘Dios mío...’. Fue muy extravagante. Pero con un poco de suerte, es algo que solo haces una vez en la vida, así que no pasa nada”, ha desvelado ahora la actriz en una entrevista a la edición británica de la revista ELLE.