Tras casi dos años de agria lucha en los juzgados y de un no menos dramático intercambio de reproches a través de los medios de comunicación, Angelina Jolie y Brad Pitt han llegado finalmente a un acuerdo para superar el gran escollo que les había impedido disolver antes su unión matrimonial: sus posturas dispares en relación con la custodia de los seis retoños que tienen en común. Según la abogada de la oscarizada intérprete, los dos artistas habrían llegado a un entendimiento sobre tan delicado asunto que sería definitivo y que, en sus propias palabras, se basa en las “recomendaciones” expresadas por un especialista independiente que habría ejercido de mediador entre ambas partes a lo largo del último año. “El arreglo sobre la tutela fue acordado hace dos semanas y ya ha sido firmado por las dos partes y también por el juez”, anunció la representante legal de Angelina, Samantha Bley DeJean, en declaraciones al portal de noticias Entertainment Tonight. “El acuerdo se fundamenta en las recomendaciones de la persona encargada de evaluar los términos de la custodia de los menores, y elimina la necesidad de un período de prueba. Los detalles del acuerdo son confidenciales para proteger los intereses y el bienestar de los niños”, aseguró en la misma conversación. A lo largo de este mes de noviembre, fuentes de entorno del exmatrimonio dejaron entrever que Brad y Angelina habían realizado grandes progresos en las negociaciones gracias a la intervención de un juez privado -una figura neutral, generalmente un magistrado retirado, con experiencia en el área del litigio- que les habría servido para acercar posiciones. En un principio, la estrella de Hollywood había solicitado al juez la custodia total de sus hijos al tiempo que pedía que su exmarido pasara un tiempo “mínimo” con los niños a través de visitas periódicas y tuteladas. Sin embargo, el pasado mes de junio, Angelina fue advertida por el mismo magistrado de que tenía que facilitar la necesaria relación entre los niños y su padre, ya que de otro modo se arriesgaba a perder los privilegios que, en ese sentido, le habían sido concedidos de forma temporal.
