Independientemente de los altos niveles de compromiso político y social que siempre ha exhibido desde que se convirtiera en una de las personalidades más influyentes de la industria del cine, la oscarizada Penélope Cruz no ha tenido reparo alguno en admitir ahora que ella también se ha dejado llevar en alguna que otra ocasión por esos estrictos cánones de belleza que todavía imperan en Hollywood. La actriz da el ejemplo cuando trató de convertirse en una especie de “súper mujer” tras el nacimiento, ocho años atrás, de su primogénito Leo. “Me di cuenta de la cantidad de fantasías y tópicos de la sociedad que yo misma me había puesto en la cabeza entre la primera y la segunda vez que abandoné el hospital tras dar a luz. Es como si estuviéramos hablando de dos mujeres diferentes”, aseguró la madrileña en un evento organizado por Gwyneth Paltrow en relación con el cambio de mentalidad que experimentó progresivamente acerca de su imagen y, sobre todo, de la forma en que solía tratar de satisfacer las expectativas ajenas. “La primera vez, me forcé a ser una súper mujer para volver a la normalidad cuanto antes. Me dije: ‘Voy a tener un parto natural y doce horas después saldré del hospital en tacones’. Y ahora que pienso en ello, me pregunto: '¿Quién me pidió que lo hiciera? ¿Quién me obligó a no delegar, a tratar de hacerlo todo por mí misma y a no pensar en que tenía que cuidarme?’. Creo que esto no tiene nada que ver con el feminismo, simplemente dejé de respetarme al comportarme así", reflexionó.
Pé recapacitó
Dos años más tarde, la protagonista de títulos como Todo sobre mi madre o Vicky Cristina Barcelona ya era perfectamente consciente de que ni su estatus profesional ni su condición de embajadora de diversas marcas de moda debían llevarle a hacer sacrificios extraordinarios a la hora de retomar sus responsabilidades lo antes posible. “La segunda vez ya me dije que me quedaría en el hospital tres días por lo menos. Me quedé acostada en la cama con mi bebé en brazos, mientras mi otro bebé y mi marido me hacían compañía. Mi marido me ayudó muchísimo y lo hizo todo más fácil para mí, pero en cualquier caso me di cuenta de que necesitaba comer, dormir y, básicamente, darme una ducha de vez en cuando”, expresó sobre su pequeña Luna y el también oscarizado Javier Bardem, con el que pronto cumplirá su noveno aniversario de boda.