La vida del rapero Sean ‘Diddy’ Combs cambió radicalmente en todos los aspectos desde que el pasado noviembre perdiera a Kim Porter, su expareja y madre de tres de sus seis hijos -Christian (21) y las gemelas Jessie y D’Lila, de 12 años- y con quien había educado también al joven Quincy, fruto de una relación anterior de ella.
La estrella de la música acaba de conceder una nueva entrevista a la revista Essence en la que habla de cómo su antigua pareja lo estuvo preparando sin él saberlo para que estuviera a la altura de las circunstancias cuando ella ya no pudiera ayudarlo.
“Tres días antes de que falleciera no se encontraba demasiado bien. Tenía gripe y mandó a los niños a mi casa para que no se contagiaran. Una noche estábamos hablando para ver cómo se encontraba, y me dijo: ‘Puffy, cuida de mis bebés’. Eso fue lo que me dijo antes de morir”, afirmó él.
Esa conversación en principio banal acabaría jugando un papel esencial a la hora de lidiar con la pérdida.
Aunque la reacción inicial de Diddy al enterarse de la noticia del fallecimiento de Porter fue bloquearse mientras se preguntaba cómo podía haber sucedido algo tan terrible, en seguida recordó las palabras de su ex y entró en lo que él mismo describe como ‘modo madre’ para cerciorarse de que sus retoños no se enteraban de lo ocurrido a través de terceras personas o las redes sociales.
“Tuve que ir a la escuela de las niñas y encontrar además a Quincy, que estaba trabajando en un set de rodaje en Atlanta. Christian estaba a bordo de un avión y tuve que asegurarme de que le desconectaran el teléfono móvil para que no pudiera leer nada al respecto mientras estaba en el aire”, recuerda el músico, que es padre además de un hijo de 25 años, Justin, junto a Misa Hylton-Brim, y de la joven Chance, de 14, con su ex Sarah Chapman”.
Nueva filosofía
Al día de hoy, la filosofía como padre de Diddy cambió notablemente, en parte por sus nuevas obligaciones lidiando con los aspectos prácticos de educar a una familia tan amplia sin la ayuda de Porter y en parte para honrar la promesa que le hizo.
“Antes de que sucediera todo esto era padre a media jornada, no sé si me explico. Mi familia era lo más importante, claro, pero no puedo ni llevar la cuenta de las veces que antepuse el trabajo a todo lo demás. Pero ahora puedo escuchar a Kim, cada día, diciéndome que vaya y pase algo más de tiempo con los niños para asegurarme de que todos están bien, como haría ella. Ahora estoy mucho más presente, y lo que es más importante aún, ahora ellos son la prioridad, por encima de cualquier otra cosa”, resume.