Tan lejos de lo normal
Hubo muchos rumores en los años 80 relacionados con Jackson y su fortuna, que era tan grande como su excentricidad; se decía que había comprado los restos del “hombre elefante”, que guardaba el cuerpo de Walt Disney criogenizado y que dormía en una cámara de oxígeno para no envejecer. Hasta las cosas más surrealistas adquirían credibilidad cuando se sumaba su nombre a la oración. Después de todo, fue él quien estableció su hogar en un rancho/parque de diversiones al que llamó Neverland (como la isla habitada por Peter Pan) y quien se dejaba ver con mascotas como un chimpancé llamado Bubbles. A eso hay que sumarle las múltiples cirugías plásticas que se evidenciaban en su rostro y que él siempre negó. Al respecto, aseguraba, habían sido sólo tres: dos en su nariz y una en su barbilla. Nadie le creyó. Y, claro, imposible no mencionar el cambio en su piel. El niño de color más famoso de Estados Unidos se convirtió en un adulto blanco como la nieve. Para eso el artista tenía una respuesta más lógica: padecía vitiligo, condición que muchos pusieron en duda pero que se confirmó en los resultados de su autopsia, publicados en 2013. El padecimiento lo afectó desde 1986. Karen Faye, su maquillista, lo corroboró al decir que ante el avance de la enfermedad igualar las áreas blancas con el tono original resultaba cada vez más difícil. Al final, cuando un proceso médico aceleró los efectos, la transición fue más sencilla. Su madre, Katherine, lo explicó con menos tacto: “Su cara es blanca porque sufre ese mal y en lugar de tenerla manchada como vaca hizo un cambio completo”.
El ermitaño que fue un prodigio
Fueron pocos ratos en los que el solitario de Neverland pudo ser una persona normal. De los 50 años que vivió, 45 los pasó sobre un escenario. Es así que ni el propio Michael tenía memorias antes de la fama. “Recuerdo que mi infancia era puro trabajo”, escribió en su libro autobiográfico Moonwalk, publicado en 1988. Su vida se trató siempre de ensayos, visitas al estudio, presentaciones, entrevistas y sesiones fotográficas. Habló varias veces sobre un parque cerca de la disquera, que idealizó tras escuchar el barullo de los niños jugando, algo imposible para él: “Saber que yo no podía ir me hacía llorar”.
El éxito nunca llega solo
Michael no podía ni ir a la tienda sin causar una tormenta, y se volvió cada vez más aislado. Pero eso no evitó los escándalos. Tras un accidente al grabar un comercial en 1984, comenzó a tomar analgésicos, que años después serían su perdición.
Una despedida trágica
El rey del pop murió el 29 de junio de 2009 a causa de un paro respiratorio. Tenía 50 años y estaba preparando su última gira: This Is It, de la que sólo quedó un documental. Había un exceso de calmantes en su cuerpo y se habló de una sobredosis autoinfligida, pero un año después se aclaró que su fin se debió a la negligencia de su médico, Conrad Murray, quien fue encontrado culpable de homicidio involuntario. Condenado a prisión, fue liberado en 2013.
Sus looks más icónicos
- 1979
- 1983
- 1984
- 1987
- 1991
- 2000
Cuando se dejaba ver en la primera década del siglo XXI lo hacía, casi siempre, enfundado en atuendos negros slim fit casi de pies a cabeza. Entre sus casas de moda favoritas (o que al menos vistió con más frecuencia) estuvieron Balmain y Givenchy.