El cantante Liam Payne no dudo en sincerarse sobre la cara más amarga de sus ‘exitosos’ años en la banda juvenil One Direction, la formación salida del concurso televisivo ‘The X Factor’ que le convirtió en toda una estrella de la música junto a Harry Styles, Niall Horan, Louis Tomlinson y Zayn Malik, siendo este último el primero que decidió abandonar el grupo antes de su disolución total.
Como expresó el joven de 25 años, padre de un niño junto a su expareja Cheryl Tweedy, en una reveladora entrevista a la edición australiana de Men’s Health, tanto sus compañeros como él llegaron a acabar saturados mentalmente ante el exceso de presión que se derivaba de las altas expectativas depositadas en ellos, la intensa carga de trabajo y, por supuesto, las pasiones que levantaban entre chicas y chicos de todo el planeta.
“Cuando tienes que hacer cientos y cientos de conciertos que, en realidad, están basados en las 22 canciones de siempre y prácticamente no tienes tiempo para salir de la rutina, la dinámica puede resultar muy agobiante. Incluso si no estás feliz con la situación, tienes que salir ahí y poner buena cara. Es como trabajar todos los días enfundado en el disfraz de un personaje Disney: puedes llegar a estar enojado pero no se te puede notar”, aseguró.
El lado positivo
Aunque tampoco niega que esos primeros años de trayectoria profesional fueron “muy divertidos” y le ayudaron a sentar las bases del rumbo futuro que tomaría en su profesión, Liam se mostró tajante a la hora de calificar de “tóxica” esa clase de fama, al menos en lo que respecta a aquellos intérpretes jóvenes que no han tenido la oportunidad de madurar lo suficiente antes de aprender a sobrellevarla.
“A ver, fue muy divertido. Nos lo pasamos genial, pero algunas partes de esa experiencia se convirtieron en algo un poco tóxico. Es muy difícil lidiar con esos niveles de fama que tuvimos en la banda, y creo que la industria debería preocuparse de proporcionar a los artistas el apoyo que necesitan para evitar que todo ello desemboque en enfermedades mentales. Me imagino que estas cosas llevan pasando desde los 70, es lo misma que le ocurre a todo el mundo, pero si tienes suerte de saber dónde están las trampas para poder evitarlas, pues quizá recuperes cierta normalidad, como me está pasado a mí”, reflexionó.