En comparación con los extremos a los que ha llegado en algunas de sus películas, el hecho de que Leonardo DiCaprio tuviera que utilizar un bigote falso durante parte del rodaje de Once Upon a Time... in Hollywood (no parece un sacrificio demasiado grande, en especial si se tiene en cuenta que se trata del mismo actor que se expuso a temperaturas bajo cero y comió hígado crudo de bisonte solo para dotar de credibilidad a su personaje en The Revenant, el trabajo por el que se llevó finalmente el tan codiciado Óscar.
Fue demasiado para él
Sin embargo, parece que ese postizo consiguió lo que ni el riesgo de hipotermia ni una pérdida radical de peso lograron en su momento: acabar por completo con su paciencia. “El mostacho lo volvió loco porque teníamos que dejárselo puesto durante horas y horas y se le metía constantemente en la boca”, explicó su maquilladora habitual, Siân Grigg, en una conversación con The Hollywood Reporter. “Para empeorarlo todo, hacía muchísimo calor y no paraba de trabarse con el bigote al hablar y tenía que escupirlo. Hay una escena en la película en la que aparece escupiéndolo justo como lo hacía cuando no estaba rodando. A todos nos pareció muy gracioso
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Necesario
Aunque en la vida real DiCaprio está acostumbrado a lucir una frondosa barba ocasional, el dichoso bigote falso era demasiado exagerado, incluso para un experto en la materia como él. “Estábamos tratando de emular el estilo de los filmes de esa época, y al mismo tiempo tratando de ‘camuflar’ al personaje de Leo para que costara reconocerlo porque se supone que es algo a lo que no está acostumbrado”, puntualizó Grigg para aclarar que en ningún momento pretendieron que el vello facial del actor pareciera real, sino el que utilizarían en una producción de los años 60 o 70.