Los dos hijos mayores de Tom Cruise, a quienes adoptó junto a su exmujer Nicole Kidman durante el tiempo que duró su matrimonio, tratan de mantener siempre un perfil lo más discreto posible, hasta el punto de que a día de hoy poco o nada se sabe sobre sus vidas o sobre la relación que mantienen con su madre, de quienes ambos se habrían ido distanciando progresivamente tras el divorcio de los dos actores debido a las críticas que ella habría realizado contra la iglesia de la Cienciología a la que ambos pertenecen desde su infancia, al igual que su padre.
Por la información que trascendió de la boda de Isabella en 2015, ella sigue formando parte de la organización de manera activa en vista de que su enlace en Londres -al que no asistieron ninguno de sus progenitores- se realizó siguiendo los preceptos del rito nupcial cienciólogo.
Ahora acaba de hacerse público un raro documento que arroja algo más de luz sobre el compromiso de la joven con esa pseudoreligión gracias a un testimonio escrito de su puño letra acerca de su propia experiencia con el proceso de la auditación y el entrenamiento que recibió para convertirse ella misma en auditora.
Según la propia Cienciología, el objetivo de la auditación es “devolverle al individuo su propia identidad y habilidad de dos formas": primero, “ayudando a las personas a liberarse ellas mismas de cualquier incapacidad espiritual”, y segundo, “aumentando sus habilidades espirituales”. Los auditores -ministros de esa iglesia- son las personas encargadas de ofrecer guía y ante todo escuchar.
En su relato, compartido en uno de los boletines informativos enviados a otros cienciólogos de la rama londinense de la organización, Isabella Cruise revela que la experiencia le ayudó a librarse de sus discapacidades espirituales y mejorar sus propias habilidades para animar a otros a seguir su ejemplo.
“Esto es lo que había estado buscando, era la pieza que faltaba. De repente, todo empezó a cobrar sentido”, asegura en varios de los extractos del correo electrónico a los que tuvieron acceso medios como People.
“Todos debemos hacer. Es trabajo duro, supone mucho esfuerzo... Es un regalo para ti y para otros. Da igual si implica unas cuantas crisis y escaparte corriendo al baño varias veces para perder un poco los papeles, pero todo por lo que pasas acaba mereciendo la pena. Es un regalo para ti y para otros”, añade acerca de las “prácticas” -como ella las llama- para convertirse en auditora que siguieron a su auditación.
Isabella también hace una rara mención a su famoso padre para darle las gracias a él y su tía Cass, hermana del actor, por su apoyo.
“Me habría ahogado en mis problemas si no hubieras estado ahí para sostenerme y ayudarme a superar los preliminares. Hizo falta toda una familia y una organización para llevarme hasta este punto”, concluye.