Al iniciar su carrera, la cantante fue presionada para adelgazar, lo que le ocasionó muchos problemas
La imagen de Kelly Clarkson ha sufrido una evolución considerable desde los inicios de su carrera, después de saltar a la fama en 2004 con su disco Breakaway.
En aquella época, la cantante formaba parte de la discográfica de Clive Davis, RCA Records, a través de la cual la presionaban constantemente para que perdiera peso y se ajustara a un estándar de belleza muy concreto que acabó por hacerle perder las ganas de vivir.
“Cuando estaba muy delgada, quería suicidarme. Estaba increíblemente triste, por dentro y por fuera, durante cuatro años de mi vida. Pero a nadie le importaba porque estéticamente encajaba”, ha recordado en una entrevista a la revista Attitude.
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En consecuencia, la artista, que había padecido un desorden alimenticio en el instituto, acabó sufriendo problemas físicos por culpa de la intensidad del ejercicio que realizaba para mantener ese ‘peso ideal’.
“Pensaba que la única solución era renunciar. Tenía las rodillas y los pies destrozados porque lo único que hacía era correr: me ponía los cascos de música y empezaba a correr. Estaba en el gimnasio todo el tiempo”.
Con el paso del tiempo, la intérprete de My Life Would Suck Without You se dio cuenta de que necesitaba desligarse del sello discográfico para emprender su propio camino, uno en el que ella controlar cada aspecto de su música.
“Estaba rodeada de algunas personas muy negativas, y me alejé de todo eso porque también contaba con el apoyo de otras maravillosas. Al final lo que tuve que hacer fue enfrentarme a ellos y optar por caminar hacia la luz?.