La intérprete sufre de un trastorno obsesivo-compulsivo si las cosas no las encuentra en perfecto orden
La extrovertida cantante siempre ha hablado con transparencia del trastorno obsesivo compulsivo que padece desde que era muy pequeña, una dolencia que le lleva a entrar en pánico si el ambiente que le rodea no está perfectamente ordenado. Sin embargo, aunque desconoce con exactitud el origen de estos contratiempos que sufre, la estrella del pop está convencida de que sus problemas están claramente relacionados con algunos de los traumas de su niñez, ya que los síntomas de su problema empezaron a manifestarse en plena infancia.
“Tengo tendencia a sufrir brotes asociados a mi trastorno obsesivo-compulsivo, hago cosas muy extrañas como abotonar camisas, ordenar lápices de colores por el tamaño y limpiar por completo cualquier habitación en la que me encuentre. No sé realmente por qué he desarrollado esta dinámica, pero el caso es que me ocurre desde pequeña. Dicen que si tu vida está fuera de control durante tu niñez, automáticamente buscas ocupaciones que te hagan desconectar de estos problemas, aunque a veces puedes llegar a obsesionarte con ello tanto o más que con el problema original”, reveló Katy a la edición británica de la revista Elle.
Estas adversidades no son las únicas consecuencias que la intérprete extrae de una infancia muy especial, ya que hace solo unas semanas la diva de la música confesaba que le costó aprender a leer más de lo que podría esperarse por las escasas ocasiones que tuvo de acudir a la escuela cuando era pequeña, una situación que motivó que buena parte de su educación primaria le fuera impartida en su propia casa.
“Creo que sigo teniendo un problema para leer con cierta fluidez, un tema muy desagradable que se remonta a mis años de niñez. Mi familia y yo solíamos mudarnos con bastante frecuencia por todo Estados Unidos, lo que provocó que no pudiera ir a la escuela con regularidad. Casi todo lo que aprendí esos años proviene de mi madre, quien fue una gran maestra pero sin los métodos profesionales de un colegio. De todas formas, mis padres son muy cristianos y tampoco creen demasiado en el valor de la educación formal, por lo que los conocimientos que me transmitieron probablemente no sean muy equilibrados”, aseguraba anteriormente a la revista Vogue.