Alejada de las redes sociales y disfrutando a su familia, así vive la británica
A diferencia de aquella década de los 90 en los que, además de ser una de las modelos más cotizadas de la escena de la moda, solía codearse con lo más granado de la industria en toda clase de fiestas tanto alocadas como exclusivas, en la actualidad Kate Moss disfruta de una vida sencilla que, como ella misma se ha encargado de revelar, nada tiene de excéntrica o sofisticada al margen de lo satisfactoria que le resulta.
“Para mí es muy importante tener una vida normal, más allá del tipo de trabajo que tengo. Me encanta salir con mis amigos de siempre y pasar tiempo con todos nuestros hijos, que están creciendo juntos, y nos encanta irnos todos de vacaciones. Hace que todo sea mucho más divertido”, explicó en conversación con la revista Stella, antes de enumerar algunas de sus actividades favoritas a día de hoy.
“Para mí, un fin de semana perfecto tiene lugar en el campo, paseando con los perros, haciendo yoga, cocinando un asado y viendo aquellos programas de televisión que he dejado abandonados durante la semana”, añadió en la misma conversación.
A sus 42 años, la británica trata en todo momento de mantener su plano más íntimo fuera del radar de los medios de comunicación y, en consecuencia, de momento no tiene intención alguna de aterrizar en el universo de las redes sociales para promocionar su carrera o compartir anécdotas sobre su día a día.
“Soy consciente de que el mundo de la moda ha cambiado mucho con respecto a cuando yo empecé. A día todo se basa en la inmediatez de la fotografía digital y ya no hay misterio de ningún tipo. Yo no tengo cuentas en las redes sociales, y no me apetece publicar cosas personales en internet”, apuntó en la entrevista.
[No te pierdas: La hija de Kate Moss quiere conquistar el mundo de la moda]
Teniendo en cuenta que Kate es la protagonista de algunas de las sesiones de fotos más emblemáticas de la historia de la moda, cortesía de artistas tan reputados como el fallecido Herb Ritts o Mario Testino, no resulta demasiado sorprendente que la modelo haya querido declarar también su animadversión a las populares, y en su opinión demasiada espontáneas, selfies.
“Es impresionante lo que todas estas chicas pueden hacer con sus propios teléfonos y con estas técnicas profesionales que se incluyen en las cámaras de hoy. Pero ese no es el tipo de imagen que a mí me gusta proyectar. Básicamente no me gustan las selfies. Creo que mi foto preferida es un retrato que Mario Testino nos hizo a mí y a mi hija Lila para Vogue. Es una imagen atemporal”, manifestó.