Justin Bieber y Hailey Baldwin (ahora la flamante señora Bieber) posaron el pasado mes de diciembre para la revista Vogue, la cual acaba de ver la luz y viene acompañada de una larga entrevista -la primera en profundidad que el cantante concede en más de dos años- en la que ambos se sinceran acerca de los problemas con que se han topado a lo largo de su todavía breve matrimonio, sus esfuerzos para aprender a discutir sin herir sus sentimientos -en especial acerca de cómo decorar la casa a las afueras de Toronto en que se instalaron el pasado septiembre- o su experiencia en terapia de pareja. “La cuestión es que el matrimonio es muy duro. Eso es lo primero que deberías saber. Que es muy duro”, es el resumen que hace la joven modelo, aunque su famoso marido se explaya algo más atribuyendo esas dificultades a las secuelas emocionales que él aún arrastra de su pasado como estrella infantil. “Siempre me ha resultado difícil confiar en la gente. He tenido que lidiar con la sensación de que, o bien me estaban usando, o que al final no estaban realmente ahí cuando los necesitaba. Ese es uno de mis grandes problemas. He tomado algunas decisiones malas a nivel personal y en mis relaciones. Y esos errores han afectado a la fe que tengo en mi propio criterio. Me ha resultado complicado incluso confiar en Hailey. Hemos estado trabajado en todo eso, y ha ido bien”. A lo largo de la conversación también repasan su complicado pasado sentimental, enmarcado en una amistad que se remonta a una década atrás y que en algún punto de 2016 dio pie a un breve romance que ambos reconocen que acabó de mala manera, insinuando que la ruptura fue provocada por una “traición” sobre la que prefieren no dar más detalles. “Sucedieron algunas cosas negativas sobre las que aún tenemos que hablar y en las que estamos trabajando. Decir que nos distanciamos no sería correcto. Fue más bien un cese dramático de todo contacto. Hubo una época en la que, si yo entraba en una habitación, él se marchaba”, recuerda Hailey. Esa situación cambió, sin embargo, cuando volvieron a reencontrarse en junio del año pasado, precisamente en una conferencia religiosa, y un mes más tarde estaban comprometidos. Entre las confesiones que realizan en la entrevista a dicha revista de moda, en la que hablan de su decisión de visitar a un consejero matrimonial por recomendación de su pastor poco antes de Navidad, también se pronuncian acerca de los rumores de que se apresuraron a contraer matrimonio por lo civil en septiembre debido a que estaban esperando su primer hijo en común. Ambos desmienten esa teoría -algo por otra parte innecesario ya que salta a la vista que ella no está embarazada- y Hailey apunta a que no se plantean ser padres en al menos un par de años, pero Justin sí reconoce que su deseo de volver a mantener relaciones sexuales tras un año de autoimpuesto celibato fue un factor de peso en su decisión de darse el ‘sí quiero’. El intérprete reveló que llegó a tener un “problema legítimo con el sexo” que lo empujó a renunciar a él en un intento por librarse de su último vicio tras darle la espalda a todos los demás. “A veces la gente practica sexo solo porque no se sienten bien consigo mismos. Por falta de autoestima, tanto hombres como mujeres. Yo quería dedicarme de nuevo a Dios de esa forma porque creía que era lo mejor para mi alma. Y creo que en respuesta él me bendijo con Hailey. Esas son las ventajas, recibes recompensas por tu buen comportamiento”, concluye Justin, que ahora se prepara para su segundo enlace de carácter religioso con la mujer de su vida, a quien atribuye la estabilidad y tranquilidad de la que disfruta ahora.