La pareja formada por Jason Momoa y Lisa Bonet, quienes contrajeron matrimonio el año pasado tras más de 13 años de sólida relación, ha dejado patente en numerosas ocasiones que vive una de las historias de amor más idílicas y entrañables de la crónica social, una circunstancia en la que juegan un papel fundamental tanto la adoración que el protagonista de Aquaman siente por la madre de sus retoños, los pequeños Nakoa-Wolf (10) y Lola (11), como lo atractivo que le resulta el sentido del humor algo alocado de la exmodelo de 51 años. https://www.instagram.com/p/BrVg4s1A5lL/ “Mi esposa es simplemente maravillosa y creo que el hecho de que también sea una madre fabulosa es lo que termina de convertirla en una obra de arte. Y he decir que no todo el mundo conoce su lado más excéntrico. Me hace reír muchísimo con sus ocurrencias y la verdad es que en ese sentido congeniamos a la perfección”, explicó el intérprete de 39 años en conversación con la revista People. Una de las muchas aficiones que tienen en común los dos enamorados, como reveló el inolvidable Khal Drogo de Game of Thrones, es la de salir a la calle los fines de semana para buscar antigüedades que les sirvan para decorar su casa, por lo que no es extraño encontrar a Jason y a Lisa, madre también de la actriz Zoë Kravitz -fruto de su extinto matrimonio con Lenny Kravitz- mezclados entre la multitud que congregan los mercadillos y establecimientos similares. “Nos encanta ir a los mercadillos y explorarlos a fondo, porque nunca sabes las maravillas que te puedes encontrar ahí. A veces compramos antigüedades de mucho valor y en otras ocasiones acabamos llevándonos a casa algunas baratijas”, bromeó en la misma conversación.