Cuando se anunció que Helena Bonham Carter sería la encargada de dar vida a la princesa Margarita en la tercera y cuarta temporada de la serie de The Crown, su elección para el papel fue vista como todo un acierto, ya que parecía lógico elegir a una de las figuras más excéntricas y respetadas de la escena interpretativa inglesa para dar vida a uno de los miembros más díscolos, pero queridos, de la monarquía británica. Con esas expectativas situadas sobre su regreso a la pequeña pantalla, quien fuera esposa de Tim Burton no quiere decepcionar a nadie y, fiel a su reputación, ha puesto toda la carne en el asador como solo ella sabe: contratando a un médium para contactar con la hermana de la reina Isabel II y tratar de conocer a la mujer detrás de la royal.
“Le gusta investigar sus papeles lo más a fondo posible y está dispuesta a ir siempre un paso más allá. Y si ello implica utilizar a alguien con poderes sobrenaturales para hablar con una persona que ha cruzado al otro lado, pues adelante, Helena no tiene ningún problema con que así sea”, aseguró una fuente al periódico The Sun. La principal preocupación de la actriz era asegurarse de contar además con el visto bueno de Margarita, que falleció en 2002 a los 71 años tras llevar una vida de película, con escándalos que sin duda seguirán ocupando minutos en la ficción de Netflix. “Es una persona muy espiritual y abierta de mente por naturaleza y está encantada de haber recibido una respuesta tan positiva de la fallecida princesa”, concluyó el informante.
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