Solemos ver la cara brillante de los famosos. Siempre sonriendo y entregando lo mejor de ellos para sus fans. Pero hay una parte a veces oculta, casi siempre olvidada: ellos sufren como todos los seres humanos, de trastornos de salud. Por ejemplo, sabemos que Charlie Sheen es VIH positivo. Que Selena Gomez padece e lupus y sigue recuperándose de un exitoso trasplante de riñón. Por su lado, Gwyneth Paltrow tiene osteopenia, con lo que debe tener especial cuidado con su alimentación, ya que su masa ósea está por debajo de los índices normales. Y en los últimos meses nos enteramos de la displasia renal de Sarah Hyland, situación que compartió en las redes. De hecho, a lo largo de la última década, la actriz se ha pronunciado en varias ocasiones acerca de los problemas de salud que le han obligado a someterse a dieciséis intervenciones -seis de ellas en poco más de un año-, pero hasta ahora no había hecho público que el año pasado tuvo que someterse a un segundo transplante de riñón después de que el que le había donado su padre en 2012, cuando acababa de cumplir los 21 años, empezara a fallar; y tanta fue su desesperación que, incluso, llegó a pensar en quitarse la vida en el momento de mayor desesperación. La enfermedad de Lyme, ocasionada por la picadura de una garrapata infectada, la sufren Alec Baldwin, Richard Gere, la cantante y actriz mexicana Thalía y también la modelo Bella Hadid. Lady Gaga ha tenido que luchar con la fibromialgia y el incombustible George Clooney, después de un accidente laboral, ha venido sufriendo de dolor crónico. Está claro que no hay lugar seguro para escapar de las enfermedades, pero los famosos nos enseñan que ante la adversidad tienes que sobreponerte y mostrar tu mejor car
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