Cuando Gwyneth Paltrow reveló hace un par de meses que aún no vivía bajo el mismo techo que su marido Brad Falchuk, lo hizo utilizando unos términos para justificar su decisión -como que ayudaba a fomentar la “polaridad” de su relación de pareja- que sorprendieron al público casi tanto como la elección de la expresión “separación consciente” con la que anunció en su momento su divorcio de Chris Martin.
La razón
Poco después, su asesora de intimidad Michaela Boehm, que había sido quien le recomendó ese arreglo, quiso matizar en qué consiste realmente su técnica aclarando que ella solo trata de ayudar a sus clientes a dar con una fórmula que les permita recuperar el misterio y la emoción en medio de la rutina doméstica. Ahora el marido de la famosa intérprete también se ha pronunciado al respecto para insistir en que no resulta tan extraño que optaran por retrasar el inicio de su convivencia tras contraer matrimonio en septiembre de 2018, ya que querían dar tiempo a los cuatros hijos que suman entre los dos -Gwyneth es madre de Apple (15) y Moses (13) con su ex y Brad tiene a Isabella y Brody- para que se adaptaran a su nueva dinámica familiar. “Me voy a mudar en septiembre. Nos lo hemos tomado con calma. Los divorcios resultan terribles, incluso cuando se trata de la decisión correcta, y afectan enormemente a los niños. Pero en unas semanas nos mudaremos todos a la misma casa y seremos como la tribu de los Brady. Seguro que será genial”, aseguró el productor en una conversación con la revista WSJ en la que no ha evitado hablar de la reputación de celebridad excéntrica que persigue a su esposa por los tratamientos de belleza y otros remedios que recomienda a través de su portal Goop. “Existe una versión de ella que se proyecta en la prensa, pero al final del día estamos los dos solos en casa, haciendo la cena, como cualquiera. O es ella quien se encarga de prepararme el desayuno. Eso es todo. No podríamos ser más normales”, aseguró.