La actriz Cameron Diaz ha estado prácticamente desaparecida de la vida pública desde que, en el año 2015, contrajera matrimonio con su adorado marido Benji Madden, líder de la banda de rock Good Charlotte. Y lo cierto es que su renovada actitud ante la fama resulta del todo comprensible habida cuenta de la estabilidad que define tanto su historia de amor como su convivencia diaria con el músico, la cual se ve presidida por la tranquilidad más absoluta y, en consecuencia, el escaso interés que tienen ambos a la hora de precipitarse en sus decisiones de corte profesional. “Cameron y Benji tienen un matrimonio maravilloso, una absoluta y total confianza para hablar con transparencia de cualquier tema. Su romance se ha visto muy beneficiado por el hecho de que ambos crecieron de alguna forma juntos y entienden perfectamente cómo funciona el mundo del espectáculo, del que por cierto quieren mantenerse cada vez más alejados”, explicó una fuente de su entorno a la revista People.
Admiración mutua
El mismo informante definió al roquero de 40 años como un “buen hombre, inteligente, profundo y sincero”, unos calificativos que no difieren demasiado de los que le dirigió la propia estrella de Hollywood en su última entrevista, en la que además aseguró que casarse con el cantante había sido la mejor decisión que había tomado en su vida al margen de que, como cualquier otra pareja, su vida diaria no esté exenta de dificultades. “Casarme con él fue lo mejor que me ha pasado en la vida. Mi marido es el mejor, el ser humano más maravilloso que he conocido en la vida, y un compañero de vida excepcional. El matrimonio es duro, por supuesto, implica mucho trabajo, porque necesitas que la otra persona tenga los mismos niveles de compromiso que tú, y en todo momento”, se sinceraba la que fuera una de las grandes estrellas del cine de comedia desde finales de la década de los noventa.
