La actriz alcanzó la fama en los años noventa, pero antes de eso tuvo que pasar por momentos nada agradables
Hoy en día Winona Ryder disfruta de un renacer interpretativo gracias a su papel en la serie Stranger Things, pero eso no significa que se haya olvidado del infierno que vivió por culpa de la dinámica de acoso escolar a la que se vio sometida durante su niñez y parte de la adolescencia.
De modo tal que, la intérprete, decidió contar los traumas emocionales que llegó a arrastrar durante años a causa de las agresiones físicas y verbales de la que fue víctima, todo esto a través de la biografía escrita por periodista Nigel Goodall. En dichos relatos, destaca la “paliza” que le dieron en una ocasión solo por llevar ropa considerada tradicionalmente como “masculina”.
“Una vez me dio por ponerme un traje de chico que me había comprado en la tienda del Ejército de Salvación, y tan pronto como entré en el baño, empezaron a insultarme y acabaron estampando mi cabeza contra una de las puertas. Me caí al suelo y aprovecharon la ocasión para darme patadas y una buena paliza. Me tuvieron que dar puntos de sutura”, revela la artista en un extracto de la obra.
En lugar de intervenir directamente para castigar a los agresores y garantizar la seguridad de la entonces adolescente, los responsables de la escuela optaron por expulsar a Winona, quien, a la fecha, no acaba de entender por qué fue “el colegio y no los acosadores” quienes la obligaron a buscarse otra escuela.
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Afortunadamente para la actriz, las suerte le cambió al alcanzar la fama a principios de los noventa, al grado de convertirse en una de las estrellas más cotizadas de Hollywood. De hecho, en una ocasión llegó a encontrarse cara a cara con una de las acosadoras en una cafetería y, después de que tratara de conseguir un autógrafo de la actriz, ésta no dudó en darle una lección de decencia al recordarle su oscuro pasado.
“Varios años después, fui a una cafetería y me crucé con una de las chicas que me habían pegado en esos años. Se acercó a mí y me dijo: ‘Winona, Winona, ¿me puedes dar tu autógrafo?’. Y la verdad es que no lo pude evitar, le contesté: '¿No te acuerdas de mí? ¿Recuerdas cuando en séptimo te dio por pegarle a una niña?’. Se quedó algo extrañada y me contestó: ‘Sí, un poco’. Y le espeté: ‘Pues esa niña era yo?”, revela en las citadas memorias.
