La actriz quiere emular a su abuelo John Barrymore, cuyo cadáver fue robado de la morgue por Errol Flynn y W.C. Fields para llevarlo a una timba de póquer, y salir de fiesta una última vez antes de su entierro.
Hace años que Drew Barrymore dejó atrás la etapa más salvaje de su vida, en la que pasaba las noches en Studio 54 siendo tan solo una niña o se subía a las mesas para bailar durante sus entrevistas televisivas.
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Sin embargo, la actriz quiere que su funeral esté a la altura de la reputación que se ganó en aquella época y su plan es que sus amigos más cercanos organicen una última fiesta en su honor tras su muerte. Eso sí, ella también quiere estar presente. En realidad, se trata de una idea inspirada en su propio abuelo, el intérprete John Barrymore. La leyenda urbana asegura que la estrella de cine Errol Flynn, el humorista W.C. Fields y el poeta Sadakichi Hartmann robaron su cadáver de una morgue y se lo llevaron a una timba de póquer, en la que lo sentaron a la mesa y estuvieron bebiendo en su honor.
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Drew confirmó ahora esta historia a su paso por el programa First We Feast añadiendo que sirvió en gran parte de inspiración para la película S.O.B. de Blake Edwards, y aseguró que le parece una idea maravillosa. “Lo único que voy a decir es que espero que mis amigos hagan lo mismo. Ese es el tipo de espíritu que me gusta”, afirmó. “Creo que la muerte está rodeada de mucha melancolía y tristeza, y lo comprendo perfectamente, pero si es posible, cuando llegue mi turno me gustaría que la gente estuviera contenta y lo celebrara”, ha pedido para dejar constancia de sus deseos.
