Por varios años, Debbie no le dirigió la palabra a Taylor por un poderoso motivo
Aunque en 1959 fue muy sonada esta noticia, se sabía que Debbie Reynolds ?en ese momento- no fue la gran admiradora de Elizabeth Taylor, por un solo motivo: fue la causa de su divorcio con Eddie Fisher.
La que había sido su mejor amiga, Liz Taylor, se convirtió en la ?quita maridos? en ese entonces. Sin embargo, varios años después, en 2001, Debbie decidió comunicarse con Taylor y perdonarla. De hecho, en una entrevista otorgada, en 2011, a Oprah Winfrey, la justificó?
“Elizabeth siempre tuvo una vida muy dramática y nadie sabe cómo logró sobrevivir. Alguien allá arriba la cuida mucho, porque para superar todas esas enfermedades (uno no se inventa un tumor cerebral) se requiere al menos un milagro. Ahora, ella no quiere otra cosa que hacer el bien”, dijo Reynolds.
“Ella me explicó porqué quiso a Eddie. Fue sólo porque su anterior esposo, el productor Mike Todd, había muerto y Eddie era su mejor amigo. Liz pensó que debían estar juntos simplemente para hablar todo el tiempo de Todd?, agregó Debbie.
Luego de su divorcio de Fisher, Reynolds se casó con el propietario de una cadena de zapaterías, Harry Karl, en 1960; pero al quebrar ese negocio, a comienzos de los años 70, la actriz debió hacerse cargo de deudas por más de dos millones de dólares. Todo concluyó en una nueva separación.
Debbie tuvo tres matrimonios, los cuales fracasaron, según ella porque ?mis tres maridos me dejaron por otras mujeres así que, obviamente, no fui una mujer demasiado sexual. Mis esposos siempre decían que no era muy pasional?, declaró la actriz.
Su último esposo fue Richard Hamlett, hombre que, de acuerdo con Debbie, se casó con ella solo por dinero en 1984. Se divorciaron en 1996, el acuerdo le costó a la actriz 8.9 millones de dólares y las deudas la obligaron a vender el casino que adquirió, en 1999, en Las Vegas.
Después de Hamlett no se le conoció ninguna otra relación a Reynolds.
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