Como buenas hermanas que son, Kendall y Kylie Jenner suelen vivir altibajos constantes en su relación diaria que quedan claramente documentados por las cámaras del reality ‘Keeping Up With The Kardashians’: desde sus discusiones de alto voltaje en torno a cualquier nimiedad a esos momentos de confidencias en los que se apoyan incondicionalmente la una a la otra, la modelo y la empresaria, de 22 y 21 años respectivamente, han demostrado que están muy unidas tanto para lo bueno como para lo malo. Por eso no debería resultar demasiado sorprendente que la estrella de las pasarelas haya querido abordar en su última entrevista los entresijos del estrecho vínculo que la une a la más joven de la mediática familia, aunque sí llama la atención que también haya aprovechado la circunstancia para sincerarse sobre sus propias inseguridades y atribuirlas de paso a la “popularidad” de la que tradicionalmente ha gozado su hermana. “Recuerdo que hubo una época, tanto en primaria como en el instituto, en la que yo no tenía demasiados amigos. Muchos días me quedaba encerrada en la habitación, sola y llorando, porque Kylie era muy popular y tenía muchos más amigos que yo. No sabía qué hacer y me sentía muy triste. Creo que me estoy emocionando y todo”, confesó la también hermana de Kim Kardashian en el programa de radio Zaza World, de la emisora Apple Beats 1. Pese a que ya se considera lo suficientemente madura como para seguir otorgando tanta importancia a ese tipo de comparativas -comprensibles, por otro lado, en una etapa de vulnerabilidad emocional como la adolescencia-, Kendall no ha podido evitar alardear sin demasiada sutileza del cambio en las tornas que se ha venido produciendo a lo largo de los últimos años, los cuales le han consagrado como una de las maniquíes más cotizadas del mundo de la moda. “En esa época jamás pensé que acabaría teniendo tantos amigos como Kylie, y mírame ahora. ¡Mi vida es una locura! Es una locura, sí... Y no es que quiera hacer de ello una competición o me parezca tan relevante. No quiero que piensen que soy una tipa rara o vengativa”, expresó en la misma conversación al mismo tiempo en que, en efecto, dejaba entrever su satisfacción ante esa supuesta lección de justicia poética.