Una oportunidad, incluso un ‘regalo’, así es como muchas celebridades han definido lo que implica vivir con un diagnóstico médico complejo. Debido a su honestidad y su lucha por salir adelante ante los ojos del mundo, estos famosos se han convertido en toda una inspiración.
A finales de los años 60, los admiradores de la mítica actriz Marlene Dietrich abarrotaban los lugares en los que se presentaba, puesto que se trataba de una oportunidad única para admirar muy cerca a una diosa de la época de oro de Hollywood, una estrella en la que, además, el tiempo parecía no dejar huella ni estragos.
Sin embargo, lo que nadie imaginaba es que debajo del brillo de las lentejuelas, en una de sus famosísimas piernas, tenía una herida que llevaba meses sin cicatrizar. La causa era un problema arterial que disminuía el riego sanguíneo a sus extremidades inferiores, un hecho que se podía solucionar con una operación a la que la diva se resistía a someterse. ¿La razón? Su hija y biógrafa, Maria Riva, lo explicó en estos términos: “Si a mi madre no le gustaban las reparaciones en sus vestidos, mucho menos en su persona”. Riva escribió que esa negación se debía a que, igual que muchos famosos, creía que aceptar una enfermedad mancharía su imagen de perfección, belleza y juventud.
Lejos quedan aquellos tiempos y es que hoy no sólo impera la sinceridad cuando de afrontar una condición médica se trata, sino que, incluso, muchas celebridades lo ven como una oportunidad de crecimiento. Dos casos recientes así lo prueban: Emilia Clarke y Selma Blair.
Peor que luchar por el trono
Los rumores empezaron en 2013: la interprete de Daenerys Targaryen, en la serie de televisión Game of Thrones, sufrió un aneurisma cerebral debido a una malformación, tras terminar la primera temporada. No obstante, fue hasta hace unas semanas que la propia Emilia Clarke reveló, en un ensayo de su puño y letra para The New Yorker, que era cierto y que incluso se sometió a varias intervenciones. Cuando iniciaron las grabaciones “estaba aterrada... por hacer honor a la confianza que los creadores de Thrones habían puesto en mí. Me sentí expuesta. En el primer episodio aparecí desnuda y desde entonces siempre me hice la misma pregunta: ‘Haces de una mujer fuerte y, te quitas la ropa. ¿Por qué?’”. Una situación que, sin duda, le provocó un estrés descomunal, el cual mitigó con un entrenador personal, pero durante una sesión “sentí como si una banda elástica me apretara el cerebro”.
Poner su vida privada al descubierto incluyó aceptar que con la enfermedad (sufrió dolores de cabeza insoportables, vómitos y vista borrosa) vino la depresión y la incertidumbre: “Me sentía tan débil que pensé que moriría”, escribió. De hecho, ahora que se siente al ciento por ciento, incluso bromeó diciendo que superó “peores adversidades que su personaje en Game of Thrones”. Pero lo que Emilia no previó fue la reacción del público: fueron tantos los mensajes de apoyo, que decidió grabar un video en su cuenta de Instagram para agradecer el amor de sus seguidores. Desde luego, y como buena celebridad, creó su propia fundación para ayudar a aquellos que han sufrido trastornos neurológicos.
“Daré mi mayor esfuerzo”
En octubre de 2018, Selma Blair hizo un anuncio a través de Instagram: “Tengo esclerosis múltiple”. La actriz guardó silencio hasta que, tiempo después, concedió una entrevista en Good Morning America, donde compartió su reacción al recibir el diagnóstico. “Lloré de alivio al saber lo que tenía”. Además del reto de vivir con esta afección y su temor ante su futuro laboral, aseguró tener esperanza, y es que según su médico, con terapias y medicamentos, en un año podría recobrar hasta 90% de sus capacidades. No solo eso: prometió que daría su mayor esfuerzo y lo está haciendo.
Su primera aparición pública fue hace muy poco en una fiesta en ocasión de los premios Oscar, a la que acudió en un espectacular vestido de Ralph & Russo. Debido a los problemas motrices que acarrea la esclerosis múltiple, recurrió a un inesperado accesorio: un elegante bastón. Como los zapatos altos están descartados, Blair decidió que su mal sería el pretexto para adoptar un estilo boyish.
https://www.instagram.com/p/BpKjP_7FnWQ/?utm_source=ig_web_copy_link
Entre los famosos que le han expresado su apoyo está Michael J. Fox, quien padece Parkinson desde hace 30 años.
¿Qué es la esclerosis múltiple?
Se trata de una enfermedad del sistema nervioso que afecta el cerebro y la médula espinal. Cuando Selma Blair dice que el lado izquierdo de su cuerpo “tarda en escuchar”, tiene razón: los mensajes entre el cerebro y el cuerpo se hacen más lentos. Entre los síntomas están alteraciones de la vista, debilidad muscular, problemas de coordinación y equilibrio, de pensamiento, memoria y habla.
Diagnóstico: diabetes
La llamada “asesina silenciosa” no suele respetar edad, sexo ni condición económica, y muchas celebridades la sufren y lo han hecho público. ¿La intención? Crear conciencia de que ser diagnosti- cado no es una sentencia de muerte, sino la oportunidad para llevar un estilo de vida más sano. Es el caso de Halle Berry, quien a los 23 años sufrió un desmayo en un set y entró en coma. La causa: diabetes mellitus. Ante la noticia la actriz decidió ver su afección como un ‘regalo’ y comenzó una estricta dieta y un plan de ejercicios que han mantenido a raya el padecimiento y que a sus 52 años, la hacen lucir de 30. Nick Jonas también es diabético y fue diagnosticado a los 13 años. Consciente de su influencia, el cantante compartió su condición en un acto benéfico.
Su aparición logró inspirar a adolescentes que, como él, necesitan aprender a vivir con el padecimiento. De hecho, a finales de 2018, y a días de su boda con la actriz Priyanka Chopra, habló en Instagram sobre su salud: “Tengo el control de mi vida con esta enfermedad y estoy agradecido con mis seres queridos, pues me han ayudado en cada paso del camino. No dejes que nada te impida vivir tu mejor vida”.
https://www.instagram.com/p/BqRT9rYl1Zt/?utm_source=ig_web_copy_link
La asesina silenciosa
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la diabetes afecta a 422 millones de personas en el mundo y la cifra va en aumento. Un mal capaz de provocar insuficiencia renal, ceguera, infarto de miocardio o amputación de los miembros inferiores. Una dieta saludable, ejercicio, bajar de peso y dejar el tabaco previene la diabetes tipo 2 o, al menos, retrasa su aparición.
Dos cantantes, dos males
Ambas son mediáticas y viven con afecciones crónicas. La primera es Selena Gomez, quien desarrolló lupus, padecimiento en el que el propio sistema inmunitario ataca a las células por error. Los rumores de que estaba enferma comenzaron en 2013, pero fue hasta el año siguiente que su abuelo los confirmó.
Desde entonces ha sido hospitalizada en varias ocasiones, se ha sometido a un trasplante de riñón y se internó en una institución psiquiátrica para tratar los ataques de pánico y la depresión producto de su enfermedad.
Selena mantiene informados a sus seguidores de sus progresos a través de su cuenta de Instagram, en donde ha explicado que aún se sabe poco de este mal.
https://www.instagram.com/p/BZBHr4Pg5Wd/?utm_source=ig_web_copy_link
Por su parte, Lady Gaga, quien parecería llevar una vida perfecta, reveló el año pasado que ha sufrido fibromialgia por años, cuyo síntoma es dolor crónico. El problema es que hay poca información al respecto y es de difícil diagnóstico. De hecho, Gaga ha señalado que le molesta que se tenga la percepción de que este mal no es real, pues vivir con dolor se traduce en ansiedad, depresión y estrés. ¿Cómo lo ha enfrentado? Como todo en su vida: siendo transparente con sus fans y trabajando muy duro. “No se trata de ganar, sino de no rendirse”, asegura. Y sigue en la lucha, aunque debemos decir que no estamos de acuerdo con ella: es una ganadora.
La lucha de Sarah Hyland
Mucho se especuló alrededor de la salud de la actriz de Modern Family: ¿su extremada delgadez era por culpa de la anorexia o las drogas? Para acallar los rumores explicó que sufre de displasia renal multiquística, por lo que en 2012 tuvo un trasplante de riñón (donado por su padre) que no resultó, y si lucía delgada era a causa de los medicamentos que deberá tomar de por vida. “Cuando un familiar te da una segunda oportunidad de vida y falla, se siente como tu culpa y no lo es”. No obstante, en 2017 fue sometida a un segundo trasplante donado por su hermano menor. “Pasé 26 años siendo una carga, cuidándome y siendo protegida, porque siempre he tenido problemas de salud. Me sentía vulnerable”, reveló a la revista Self. Por fortuna, la tristeza ha quedado atrás y Hyland asegura estar muy estable y “super feliz con la vida”.
Males ocultos
Brad Pitt padece de prosopagnosia, un extraño trastorno neurológico que le impide reconocer rostros.
Gwyneth Paltrow tiene osteopenia, condición que la hace perder masa ósea. Si se descuida podría desarrollar osteoporosis.
Venus Williams experimenta una constante sequedad en ojos y boca, desde 2011 síntomas del síndrome de Sjögren.
Thalía, Avril Lavigne, y la actriz Ashley Olsen, son víctimas de la enfermedad de Lyme, infección causada por la picadura de una garrapata.
Megan Fox ha dicho que sufre brotes esquizofrénicos, aunque también ha explicado que si bien sabe que tiene una enfermedad mental, ésta aún no ha sido bien diagnosticada.
Muertes repentinas
Mientras varios famosos han logrado sobrevivir a sus afecciones crónicas, la otra cara de la moneda son aquellos que, de modo inesperado, han muerto sin tener la oportunidad de pelear por su vida; el caso más reciente es el de Luke Perry, quien a los 52 años sufrió un ictus (accidente cerebrovascular). A diferencia de la actriz Sharon Stone, quien sufrió lo mismo en 2001 y vivió para contarlo, Perry no fue tan afortunado. No se trata de la única muerte súbita entre celebridades: en 1937, Jean Harlow, la primera rubia platino de Hollywood, feneció de una falla renal, que además no fue atendida debido a que su madre era una fanática religiosa que no creía en los médicos. Un caso triste fue el de Heather O’Rourke, la estrella de la película Poltergeist, quien murió a los 12 años por una obstrucción intestinal causada, al parecer, por un defecto congénito no diagnosticado. Por su parte, en 2009, Brittany Murphy falleció de una neumonía agravada por medicamentos que la estrella se autorecetó.