Este domingo llegó Ben Affleck con su hijo menor, puntual, a la iglesia metodista unida de Pacific Palisades, en Los Ángeles. Por su lado, Jennifer ingresó por otra puerta como para que vean que si han de reunirse por los pequeños, que sea en la iglesia. Al terminar el servicio y mientras quizá los feligreses comentan las palabras del pastor en su sermón, Ben Affleck apareció en escena, se despidió de Jennifer, quien se encontraba oportunamente con una amiga. Inmediatamente, Ben se dirigió a su vehículo con un aire sereno y tranquilo. A la pregunta de si está contento por la victoria de los Medias Rojas en la Serie Mundial, casi ni respondió porque en este momento está para cosas más trascendentales, como estar divorciado y con naturalidad seguir el proceso de criar a los hijos junto a su ex. Ben Affleck y Jennifer Garner son eso: un ejemplo de madurez para en pro del bienestar de sus hijos.
Firmado el divorcio, sabemos que Ben Affleck ya había sido reemplazado meses atrás. El afortunado en ocupar ahora el corazón de Garner se llama John Miller, un abogado de Stanford y CEO de la compañía CALI Group. Miller no es conocido en el medio artístico, tiene mucho en común con Jennifer y han pasado por experiencias similares con anteriores parejas. Incluso, John tiene una hija que se llama Violeta. Igual que Jennifer. Mientras Ben Affleck aparecía con la productora Lindsay Shookus y luego con Shauna Sexton, Jennifer Garner mantenía en secreto su relación con este hombre dedicado a usar la tecnología para transformar restaurantes, según define la web de su compañía. ¿Y como está Ben? Una fuente ha dicho a E Entertainment News que él está contento si Jennifer lo está. Al final, lo realmente importante son los hijos.
