Los fans más leales de Belinda están ya de sobra familiarizados con su querida abuela, a quien ella se refiere cariñosamente como Nana y que en cada nuevo viaje de la cantante a España aparece en su cuenta de Instagram para hacer las delicias de sus seguidores con sus ocurrencias y con esa enérgica personalidad que ha heredado su famosa nieta. https://www.instagram.com/p/BpUyGexgXQf/?hl=es-la&taken-by=belindapop Estos días, la intérprete se encuentra rodando un nuevo proyecto en el país que la vio nacer y como no podía ser de otra manera trata de aprovechar sus ratos libres para pasar el mayor tiempo posible con su abuela, aunque ello implique exponerse a más de una reprimenda que ella documenta divertida en sus redes sociales. Al igual que muchas abuelas, Nana parece vivir obsesionada con la idea de que sus nietos se resfríen por falta de abrigo y por eso mismo no dudó en interrumpir una retransmisión en directo de la estrella para exigirle que se calzara de inmediato: “No te lo voy a decir dos veces. Me oyes, ¿eh? Inmediatamente a la habitación. Mira cómo estás”, le exigió enfurecida la señora al descubrir que Belinda estaba descalzada sobre el frío suelo de la cocina, en medio de una grabación cuyo objetivo inicial era mostrar al hermano de Belinda comiéndose su primera Pantera Rosa, un tipo de bollería muy popular en España. https://twitter.com/MagicZoo1/status/1054564095662284805 El dulce en cuestión acabó provocando otro tira y afloja entre las dos, ya que Nana decidió ‘requisarlo’ hasta después de la cena para asegurarse de que Belinda no se lo comía y perdiera el apetito. “No te lo doy que te conozco”, le aseguró en otro video, al mismo tiempo que le daba un rápido manotazo a su nieta cuando esta intentaba recuperarlo. https://twitter.com/bubblepopmx/status/1055110382979833856 Para ser justos, la cantante también le toma el pelo a su abuela siempre que tiene la oportunidad. Su última ocurrencia, y una muy divertida además, ha sido sentarse con ella a ver Fifty Shades of Grey y grabar la reacción de Nana ante las escenas más subidas de tono. Lo cierto es que la mujer afrontó bastante bien la situación y solo soltó alguna que otra expresión de sorpresa como “uy, uy, por Dios, por Dios, qué valor”, durante las secuencias de sexo que incluían juegos de dominación y en un momento clave de la trama un " pobrecita”, todo ello -eso sí- al mismo tiempo que se encendía un cigarro para pasar mejor ese trago.