Aunque a día de hoy tiene que compaginar su carrera como actriz y directora con las responsabilidades derivadas de ser madre de seis niños, su trabajo humanitario para ACNUR y, todo sea dicho, también con los trámites legales para divorciarse finalmente de su exmarido Brad Pitt, la polifacética Angelina Jolie no descarta siquiera la idea de añadir una capa extra de complejidad a su ya de por sí intensa vida con un hipotético desembarco en las altas esferas de la política.
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“Soy de las que piensan eso de ‘Nunca digas nunca’. Sin embargo, ahora mismo estoy buscando otras formas de ejercer influencia y liderazgo”, dijo la estrella de Hollywood en referencia a su labor de embajadora de buena voluntad del citado organismo de Naciones Unidas y en una breve conversación con la revista estadounidense People. “Trato de alzar la voz para defender aquello en lo que creo”, confesó.
La afamada intérprete también aprovechó la ocasión para expresarse sobre una de las muchas ventajas que se desprenden de su labor solidaria, concretamente la oportunidad que le ha brindado de conocer a un sinfín de activistas a las que, además de compartir principios y valores de justicia social, ahora les une una estrecha amistad a nivel personal.
“En la segunda de las misiones de la ONU a las que fui destinada, en Camboya, conocí a estas dos mujeres de Inglaterra y Francia, Katie y Mimi, que trabajaban en ACNUR. En ese viaje también conocí a Loung (Ung, la víctima del genocidio camboyano que proporcionó a la cineasta el duro testimonio en que se basa su película Primero mataron a mi padre) y las cuatro seguimos siendo amigas desde entonces. Es una bendición hacer este trabajo”, añadió la carismática artista.