Hace unos meses, Andie MacDowell confesaba que todos sus allegados, desde sus amigos a sus propias hijas, estaban tratando de encontrarle pareja a toda costa a pesar de que les había dejado claro en varias ocasiones que tendría que encontrar a alguien muy especial para verse dispuesta a interpretar de nuevo el papel de ‘novia o esposa de’, debido a las expectativas que acompañan a ese rol en concreto.
En un principio, cuando el último de sus tres retoños se marchó a la universidad, ella creía que no soportaría el síndrome del nido vacío, pero para su sorpresa se acabó adaptando a la situación mejor de lo que esperaba.
“Yo fui la primera sorprendida porque dependía mucho de ellos para sentir que la casa estaba llena. Al principio resultó duro: he hablado de este tema con muchas otras madres que están muy unidas a sus hijos y disfrutan enormemente cuidando de ellos. He tenido que aprender a ser una mujer independiente”, explicó en declaraciones a People.
Sin embargo, de pronto, un día hace algo más de un año se dio cuenta de que había empezado a disfrutar de su recién descubierta independencia y que ya no estaba dispuesta a renunciar a ella por nada ni, casi, nadie.
“Me gusta tanto que ni siquiera estoy buscando nada especial. A ver, si alguien apareciera en mi vida, sería una agradable sorpresa; sería la primera en reconocer que es fantástico. Pero he aprendido a recurrir a mis amigos, y apreciar la paz y la tranquilidad que me otorga el poder hacer lo que quiera cuando me dé la gana”.