Tras la debacle de su perfil para la Rolling Stone, la revista que le había colocado en su portada como un visionario a lo largo de varias décadas y que en su última aparición lo retrataba como una estrella en declive y aislada de la realidad, Johnny Depp quiso reparar daños con un nuevo reportaje, en esta ocasión para la edición británica de GQ, que se ha presentado como “la verdad” de lo que el actor desea contar al mundo sobre su crisis financiera, sus supuestos problemas con el alcohol y, cómo no, su divorcio de Amber Heard y esas acusaciones de malos tratos que aún le persiguen. A lo largo de la conversación, el intérprete aborda en varias ocasiones ese delicado tema para defender su inocencia, algo que asegura seguirá haciendo le pese a quien le pese por el bien de sus hijos, y responder a algunos de los episodios de violencia doméstica que describió su ya exesposa durante el proceso legal para disolver legalmente su unión. Su versión de los hechos alega, por ejemplo, que el famoso video en que él aparecería lanzándole una copa de vino a la actriz fue grabado mucho antes de lo que ella dio a entender en los tribunales y que en realidad era solo su reacción tras descubrir que había perdido una cantidad significativa de dinero. Al mismo tiempo, Depp insistía en que era casi imposible que él la hubiera golpeado en vista de que en la grabación aparecía en todo momento a unos siete metros de ella. Respecto a la agresión que Amber habría sufrido en mayo de 2016, cuando su entonces marido le habría lanzado un teléfono a la cara, él ha querido recordar que cuando las autoridades se presentaron en la vivienda ella se negó a ser atendida por un paramédico y que los agentes de policía no encontraron -siempre según el relato compartido en la entrevista por el actor- ningún indicio de violencia. Aunque Johnny Depp se ha cuidado en todo momento de afirmar que Amber había mentido, sí se pregunta cómo era posible que al día siguiente ella hubiera acudido a una fiesta y que, pese a ir peinada estratégicamente para tapar el ojo en que habría recibido el golpe, en las fotos de la velada no se apreciara ninguna lesión evidente. La respuesta de la intérprete no se ha hecho esperar y en ella, además de acusarlo directamente de mentir, ha recalcado que su ex ha violado las cláusulas de confidencialidad del contrato que firmaron para divorciarse, cuando de haber sido al revés, Amber se enfrentaría a una dura sanción económica. “Si GQ se hubiera molestado en investigar mínimamente las afirmaciones del señor Depp, se habría dado cuenta rápidamente de que son completamente falsas. El señor Depp ha ignorado deliberadamente el acuerdo de confidencialidad firmado por ambas partes y aún así se ha negado a permitir que la señora Heard responda a sus acusaciones sin fundamento alguno, pese a las repetidas peticiones de ella para que se le permitiera hacerlo. El señor Depp continúa adelante con su abuso psicológico hacia la señora Heard, que solo está tratando de dejar atrás una parte muy dolorosa de su pasado. Solo hace falta echar un vistazo a las evidencias físicas para llegar a la conclusión inevitable”, reza el comunicado difundido por los representantes legales de la actriz.
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