VANIDADES
Háblanos de tus inicios, cuando te metías sin permiso a los Estudios Churubusco, donde filmaron directores famosos como Luis Buñuel.
ALFONSO CUARÓN
Me crié en un lugar donde había estudios cerca de casa... Y aprendí a meterme sin permiso a los Estudios Churubusco; pero no puedo recomendarlo porque, con toda franqueza, el camino que seguí estuvo lleno de inseguridades. Tuve un hijo a los 19 años y el cine se convirtió en mi manera de mantenerme a flote; en aquella época la industria en México era difícil para los jóvenes. Hay una generación perdida antes que la mía que no hizo nada, quizá dos películas.
VA
Ya habías trabajado con Tim Burton, Terrence Malick y Michael Mann cuando conociste a Del Toro.
AC
Con Guillermo del Toro compartí inseguridades y creo que eso nos unió. Había hecho 12 películas como operador de boom, sosteniendo un micrófono, y Guillermo era asistente de maquillaje. Escuché hablar de este genio de Guadalajara cuando yo era famoso por ser alguien con ‘posibilidades’. Y me dieron celos de él. Aunque no lo conocí por un tiempo, todos mis amigos ya habían trabajado con él y me decían maravillas y lo raro que era. Ya tenía mi primera película... y un día, esperando a mi productor, vi a esa extraña persona mirándome... Me preguntó si había hecho algo basado en Stephen King, lo cual me sorprendió que supiera. Y empezamos a discutir sobre el autor y lo bueno que era el relato. Hizo una pausa y cuestionó: “Si la historia es tan buena, ¿por qué lo tuyo es tan malo?”, y me explicó los motivos. ¡Tenía toda la razón! Desde entonces nos convertimos en los mejores amigos.
VA
¿Iñárritu, Del Toro y tú son los Tres Mosqueteros del séptimo arte?
AC
Mira... Vengo de un periodo donde la época de oro del cine había quedado atrás, y solía ver cintas francesas y estadounidenses, las mexicanas daban miedo... En esa época se decían estupideces acerca del SIDA, con un acercamiento homofóbico, y quise hacer una comedia que desafiara la actitud machista.
VA
El filme Sólo con tu pareja (sobre SIDA) fue tu pasaporte a Hollywood, aunque dudaron en distribuirla en Estados Unidos por su humor...
AC
La cinta se estrenó en el Festival de Toronto en 1991 y Miramax compró los derechos antes de la premier, increíble porque estaba en bancarrota. Pensaba que era rico, pero nunca se estrenó en Estados Unidos (risas). Igual la vieron productores y estudios. A Sydney Pollack le gustó y me llamó; me llevó a Los Ángeles cuando ya había incendiado mis naves en México y no podía financiar otra película con el gobierno. Fui donde estaba el trabajo, ansioso por las deudas; tenía hijos, necesitaba dinero y estaba feliz de conocer a Pollack. Y me invitaron a hacer la serie Fallen Angels, con Steven Soderbergh como uno de los directores. Tom Hanks y Tom Cruise también dirigieron un episodio.
VA
¿Cómo fue tu gran cambio de estilo con Y tu mamá también?
AC
Estaba encantado con todo hasta que me di cuenta hasta dónde había llegado y que el cine no me había fascinado. Así que un día renté las películas por las que me enamoré del séptimo arte y me encerré una semana entera con una pila de videos. Allí decidí hacer Y tu mamá también. Debía encontrarme una vez más. Desde mi primera película no había vuelto a México; vivía en Nueva York y quería regresar a filmar. Llamé a mi hermano y le dije: “Hagamos esa historia de la que hablamos”... Y en tres semanas escribimos el guión.
VA
¿La búsqueda de identidad de los roles de Gael García y Diego Luna tenía que ver con una introspección?
AC
Sí, pero también era una manera de encontrar a mi país. Las escenas de sexo explícito habrían sido imposibles de filmar en un país como Estados Unidos. Lo digo porque en Great Expectations los actores dijeron: “Lo haríamos en una producción independiente, pero no en una película de Hollywood”.
VA
Dicen que Harry Potter and the Prisoner of Azkaban es la mejor versión de la saga.
AC
Gael y Diego se reían de mí todo el tiempo porque acepté filmarla. Tengo que decir que me sumé a la broma... no sabía nada de Harry Potter. Vi la primera entrega y me impresionó. Había empezado a escribir un guión nuevo, que se cayó, Children of Men, y platicando con Guillermo (del Toro), le dije que no lo querían hacer, que era demasiado oscuro. Me preguntó si tenía algo y le dije: “Sólo basura, me ofrecieron Harry Potter (risas)”. No entendí por qué me querían si venía de hacer un filme con sexo explícito... Tuve suerte, porque los protagonistas tenían 13 años, un punto de transformación de la adolescencia... y se tomaron el trabajo muy en serio. Daniel Radcliffe tenía 13 y trabajó con Gary Oldman al mismo nivel de intensidad. Fue maravilloso.
VA
¿Y Children of Men?
AC
La empecé a escribir en octubre de 2011, luego del terrible ataque terrorista del 11 de septiembre... Estaba con Gael y Diego por el estreno de Y tu mamá también. Fue una época de reflexiones y me preguntaba cómo to- maría forma el nuevo siglo. No me interesaba la ciencia ficción, pero me atrajo el contexto.
VA
Cuéntanos sobre Gravity.
AC
Fue en un momento en que pensé que podía hacer lo mío. Me había decidido por Harry Potter en vez de Children of Men y tenía dinero suficiente para sobrevivir mientras vivía la experiencia... Tenía la sabiduría y la seguridad de decir lo que iba a hacer en mis propios términos. Por eso la escribí con mi hijo, quien también hizo los otros guiones. Y en nueve horas armamos la historia. En el primer borrador sólo había un personaje que ni siquiera tenía nombre; era mujer, pero sin un solo diálogo. Y fue difícil venderlo, pero yo ya tenía una conciencia mucho más madura sobre el cine.
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