¿Usas mucho la plancha? Así puedes proteger tu cabello del calor

Descubre los mejores consejos para proteger tu cabello del calor y mantenerlo saludable, desde el uso de protectores térmicos hasta hidratación profunda

plancha pelo

Usa siempre un protector térmico antes de aplicar calor en tu cabello para mantenerlo saludable y brillante.

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El uso frecuente de la plancha puede darle a tu cabello un acabado liso y brillante, pero también puede dañarlo con el tiempo si no tomas las precauciones necesarias. El calor extremo de herramientas como la plancha y el rizador puede debilitar la fibra capilar, dejándolo seco, opaco y con puntas abiertas. Para disfrutar de un cabello liso y sedoso sin sacrificar su salud, es fundamental protegerlo antes, durante y después de cada uso.

Aquí te contamos cómo puedes hacerlo con algunos tips y productos clave que te ayudarán a mantener tu melena en óptimas condiciones.

1. Usa un protector térmico antes de planchar

El paso más importante para proteger tu cabello del calor es aplicar un protector térmico antes de usar la plancha o el rizador. Estos productos están diseñados para crear una barrera entre tu cabello y el calor extremo, evitando que la temperatura alta dañe la estructura de las hebras. Busca un spray o suero que contenga ingredientes como siliconas ligeras, proteínas y aceites naturales que además aporten hidratación.

Asegúrate de aplicar el protector térmico de manera uniforme por todo el cabello, desde la raíz hasta las puntas, y espera a que se seque completamente antes de pasar la plancha.

Plancha de cabello

Opta por una plancha de cerámica con control de temperatura para reducir el daño por calor.

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2. Ajusta la temperatura de tu plancha

No necesitas usar la temperatura más alta para obtener un acabado liso. De hecho, la mayoría de los expertos en cuidado capilar recomiendan ajustar la plancha entre 180°C y 200°C, dependiendo de tu tipo de cabello. Si tienes el cabello fino o dañado, opta por una temperatura más baja, mientras que los cabellos gruesos o rizados pueden necesitar un poco más de calor para alisarse.

Invierte en una plancha de buena calidad con control de temperatura y placas de cerámica o turmalina, que distribuyen el calor de forma más uniforme y reducen el riesgo de daños.

3. Hidrata tu cabello regularmente

El calor puede resecar el cabello, dejándolo frágil y propenso a las puntas abiertas. Para contrarrestar este efecto, asegúrate de hidratar tu cabello regularmente con mascarillas capilares profundas, acondicionadores sin enjuague y aceites naturales como el aceite de argán, coco o jojoba. Estos productos ayudarán a restaurar la humedad perdida y a mantener tu cabello suave y manejable.

Aplica una mascarilla nutritiva al menos una vez a la semana para reparar los daños causados por el uso frecuente de herramientas de calor.

4. Seca tu cabello al aire libre o con aire frío

Antes de usar la plancha, es esencial que tu cabello esté completamente seco. Usar la plancha en cabello húmedo puede aumentar el riesgo de quemaduras y rotura. Siempre que sea posible, seca tu cabello al aire libre o utiliza el secador en la opción de aire frío para minimizar el daño.

Si necesitas usar el secador, utiliza un difusor y mantén la boquilla a una distancia de al menos 15 cm para reducir el impacto directo del calor.

secadora

Hidrata tu cabello semanalmente con mascarillas para contrarrestar los efectos de las herramientas térmicas.

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5. No planches el cabello todos los días

Aunque puede ser tentador usar la plancha diariamente para mantener un look impecable, lo ideal es limitar su uso a 2 o 3 veces por semana como máximo. Esto le dará a tu cabello tiempo para recuperarse y reducirás la exposición constante al calor.

Opta por peinados que no requieran calor, como trenzas, moños o coletas, para los días en que quieres darle un respiro a tu cabello.

Recuerda que el cuidado de tu cabello comienza en la ducha. Usa un champú y acondicionador diseñados para reparar el daño y proteger el cabello de futuros daños térmicos. Busca fórmulas que contengan queratina, proteínas y aceites nutritivos que fortalezcan la fibra capilar.

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