Son sedosos y aportan una increíble sensación. Hablamos de los aceites faciales que están muy de moda y han dado por tierra la idea de que son inadecuados para el rostro. ¿Cuáles usar y evitar?
Durante décadas escuchamos que los cosméticos oleosos no eran la mejor alternativa para la piel, en especial las dermis mixtas o con acné; así, la industria de la belleza acompañó esta creencia con el lanzamiento de productos cada vez más ligeros y en presentaciones como geles o lociones. Sin embargo, en los últimos años la tendencia comenzó a modificarse y es que los cutis secos han empezado a beneficiarse gracias a una serie de tratamientos ricos en humectantes. ¿Ya los probaste? Son oro líquido para tu piel.
Una nueva era
Primero llegaron los desmaquillantes bifásicos, compuestos por una fase acuosa y otra oleosa (hidrolatos o aceites), cuyos resultados son excepcionales si se mezclan y agitan bien antes de aplicarlos.
Y aunque algunos dermatólogos suelen desaconsejarlos en dermis grasas, muchos de ellos contienen astringentes y bactericidas que regulan el sebo y compensan la oleosidad de la composición.
Pero lo más importante es que estos cosméticos revolucionaron el tedioso proceso de limpiar y quitar el maquillaje por la noche, y es que sus ingredientes son muy efectivos para disolver suciedad y maquillaje, y ayudan a calmar pieles deshidratadas e irritadas.
Tendencia a la alza
Pero la industria no se quedó allí. Hoy día existen diversas marcas que han presentado fórmulas faciales que incluyen óleos en su formulación. Es importante destacar que las candidatas ideales son “las pieles maduras no grasas y mayores de 40 años”, explica Daniel Alcalá, dermatólogo y expresidente de la Sociedad Mexicana de Cirugía Dermatológica y Oncológica A.C., quien agrega que estos aceites deben contener, de preferencia, vitamina C como antioxidante, “esto para disminuir la resequedad y a la vez prevenir el envejecimiento cutáneo”.
Hay, además, otros signos que pueden señalar la necesidad de aplicar un aceite: “Dermis en extremo resecas e inflamadas, o gente que habite en zonas geográficas con poca humedad”, explica Alcalá. No obstante, la médica especialista en dermatología Adriana Aguilar Donis advierte su empleo en casos de dermatitis acneiformes, una de las principales causas de consulta dermatológica.
Por otro lado, si a pesar de aplicar crema con frecuencia tu piel se siente tirante y agrietada, tal vez sea hora de enriquecer tu hidratante con unas gotas de estos aceites. Lo más probable es que muy pronto sentirás tu rostro más suave, más liso, brillante y resistente. Sólo una última precaución: nunca los mezcles con tu bloqueador solar, ya que no sólo vas a disminuir la eficacia de su protección, sino que “en pieles jóvenes podrían provocar enrojecimiento ante la exposición al sol”, agrega Daniel Alcalá.
Útiles, con medida
Los aceites hidratan el rostro, son ricos en antioxidantes y emolientes, pero no reemplazan los activos que la dermis necesita para renovarse, como el retinol, la niacinamida o los péptidos, o sustancias como el ácido hialurónico.
Lo ideal es que los consideres como boosters que complementen tu rutina de belleza. De cualquier manera, la industria cosmética ha avanzado a pasos agigantados al incorporarlos a otros formatos con el fin de convertirlos en productos multifunción, como los serum-oil, los gel-oil, los aceites en barra (muy populares en Corea, cuna de la cosmética de vanguardia), los tratamientos AHA/BHA (alfahidroxiácidos y betahidroxiácidos) y los mencionados limpiadores bifásicos.
Ten en cuenta estos consejos y disfruta de la experiencia sensorial que prometen estas suntuosas fórmulas sobre tu piel.
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¿Cómo seleccionar el producto adecuado?
En dermis secas, contribuyen a equilibrar la falta de aceites y humedad natural convirtiendo, además, este ritual de belleza en una experiencia hedonista, gracias a la sensación sedosa, pero no pegajosa ni grasosa.
Puntos a tomar en cuenta a la hora de seleccionarlos:
1. Opta por moléculas diminutas, como las de la jojoba o argán. De lo contrario, si son demasiado grandes no penetrarán la capa superior de la piel.
2. Por más bonito que sea el envase sólo te debe preocupar que éste sea opaco, con el objetivo de que la luz y el calor no dañen el aceite. Al aplicar no dejes que tus dedos entren en contacto con los principios activos. Si el envase contiene una bomba dosificadora o gotero procura no apoyarlo sobre superficies, ya sea en lavabos o tu propia piel, pues por más limpia que consideres que se encuentre puede trasladar gérmenes.
3. Algunos podrían contener aceites aromáticos extraídos de plantas u óleos sintéticos, como los minerales (quizá con mala prensa y sin evidencia científica que demuestre que sean nocivos). En relación con los primeros es importante destacar que, si bien, ayudan a la deshidratación, si contienen fragancia podrían causar irritación.
4. Si eliges un aceite facial aromático ten mucho cuidado con los derivados de frutos cítricos, ya que al exponerse a los rayos UV la piel es capaz de mancharse. Otros con perfume podrían oxidar la epidermis y dañar las capas profundas.
5. Asimismo, evita los aromas a menta y eucalipto en la piel del rostro y opta por aceites, como el de la rosa mosqueta, que no dispone de perfume.
MULTIFACÉTICOS
Son perfectos tanto para cara (no grasa, por supuesto) como cuerpo y cuero cabelludo. Si tienes pies bastantes resecos aprovecha las bondades de formatos como el gel-oil, con un gran poder queratolítico para eliminar callos y que, a la vez, sella la humedad previniendo así la sequedad.
EN LA DUCHA
Si tienes piel con tendencia grasa y no puedes aplicarte óleos en el rostro, o si eres fan de este producto y quieres replicar sus beneficios en el resto de tu anatomía, te proponemos utilizarlos durante la ducha o justo después, como arma extrahidratante.
Los aceites corporales, cuya presentación es semejante al gel de baño o a las emulsiones hidratantes, suelen tener un aroma delicioso, y fuera del rostro es difícil que la piel se irrite, a menos que sufras de alergias, dermatitis o psoriasis.
LA CLAVE DE LAS FAMOSAS
Cara Delevigne
La modelo y actriz apuesta por el aceite de rosa mosqueta, rico en ácidos grasos, vitaminas A, E, C y D y betacaroteno. Un regenerador celular que atenúa las arrugas y brinda elasticidad. Favorece la uniformidad del tono de la piel y tonifica las pieles cansadas.
Megan Fox
Suele utilizar una mezcla casera hecha con base en aceite de pepita de uva, que previene el acné y el envejecimiento. Al ser ligero humecta y balancea las zonas secas del rostro.
Maravillas para tu piel y pelo
Aceite de almendra. El agente perfecto, pues suaviza el cabello, lo fortalece y repara.
Aceite de oliva. Contiene vitaminas A y E. Humectante para todo tipo de piel.
Aceite de lavanda. Calmante indicado en dermis y deshidratadas. Ayuda el crecimiento capilar.
Aceite del árbol del té. Una alternativa que combate el acné. Antibacterial y antiinflamatoria.
Aceite de aguacate. Humectante. Minimiza cicatrices y estrías. Útil en piel sensible.
Por: Milagros Belgrano / Foto: Archivo
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