Al igual que el intestino, la dermis está colonizada por una comunidad de microorganismos beneficiosos que ayudan a protegerla de las agresiones externas. A esta comunidad se le conoce como microbiota cutánea y de ella depende la salud de tu piel.
Para entender qué es la microbiota, cuáles son los factores que la alteran y cómo cuidarla, conversamos con · Adriana Azuara, quien es experta en el cuidado de la piel. La Latinamerican Wellness Leader, representante de Wellness for Cáncer en Latam, nos brinda algunos consejos para el cuidado de la microbiota cutánea.
Toma en cuenta que la microbiota cutánea se forma a partir del nacimiento, cuando el bebé entra en contacto con los gérmenes presentes en el canal de parto de la madre. A partir de ese momento, la composición de la microbiota irá variando a lo largo de la vida, en función de factores como la edad, el sexo, la raza, la alimentación, la higiene y el entorno.
¿Qué pasa si la microbiota cutánea se desequilibra?
Cuando el delicado equilibrio de la microbiota se altera, se produce una condición llamada disbiosis. La disbiosis puede provocar problemas de la piel como acné, psoriasis, dermatitis atópica, rosácea o seborrea.
¿Cómo cuidar la microbiota cutánea?
Para mantener una piel sana y protegida, es importante cuidar la microbiota cutánea. Aquí tienes algunos consejos:
- Lava la piel con delicadeza: Evita el agua hirviendo y al secar, no la frotes en exceso.
- Utiliza productos de higiene suaves y respetuosos con la piel.
- Cuida tu alimentación. Come grasas saludables, vegetales, proteína y fibra.
- Hidrátate correctamente. Bebe 2 litros de agua al día.
- Protege la piel del sol. Aunque el día esté nublado, usa protector solar.
- Evita vestir con telas sintéticas. Busca que tu ropa de cama sea de fibras naturales.
- Reduce el estrés y duerme lo suficiente.
- No automedicarte. Hay fármacos, como los antibióticos, que acaban también con gérmenes que integran la flora cutánea y pueden, por tanto, alterarla.
¿Cómo hacer que la piel tenga una microbiota sana?
La microbiota cutánea se puede fortalecer con una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables. También es importante beber mucha agua y evitar el consumo de azúcares refinados, alcohol y tabaco.
Además, se pueden utilizar productos de higiene y cuidado de la piel que contengan probióticos, que ayudan a restaurar el equilibrio de la microbiota cutánea.