El verano, con sus días soleados y calurosos, invita a disfrutar del aire libre. Sin embargo, es importante recordar que la exposición prolongada al sol es el mayor riesgo para nuestra piel. Los rayos UV, invisibles a simple vista, pueden causar daños a corto y largo plazo, como quemaduras solares, envejecimiento prematuro, manchas oscuras y, en el peor de los casos, aumentar el riesgo de cáncer de piel.
¿Es malo el sol? Si bien el astro rey nos regala luz, calor y vitamina D, también emite rayos ultravioleta (UV) que pueden ser perjudiciales para nuestra piel que antes no tenían las mismas consecuencias negativas. Resulta que, la capa de ozono, nuestro escudo protector natural, se está debilitando y está permitiendo que los rayos UV penetren con mayor intensidad en la Tierra.
Por si fuera poco, los efectos del sol son acumulativos. Es por eso que el daño que causan los rayos UV no se manifiesta de forma inmediata, sino que se va acumulando con el tiempo. Como lo indica la doctora Esmeralda Bastidas, experta en medicina estética y regenerativa: “Los rayos UV provocan cambios en las células de nuestra piel”.
¿Cuáles son las principales consecuencias? El daño más común, asegura Bastidas, además del enrojecimiento, es la aparición de manchas. Éstas se originan porque cuando la piel es sometida a estrés (como el provocado por los rayos UV), el cuerpo produce más melanina de lo normal.
“La melanina es un pigmento natural protector de la piel que, al sobre estresarse por los rayos UV, responde igual que lo haría un pulpo cuando se siente en peligro: generando tinta, en nuestro caso, más melanina”, agrega la doctora María del Mar Guerra, experta en medicina genómica que este daño es acumulativo y en ocasiones es imperceptible a simple vista, pero con el tiempo y la exposición el daño se va haciendo mucho más evidente y las manchas aparecen.
De pies a cabeza: prepárate para el verano
Para las doctoras Esmeralda Bastida y María del Mar Guerra, expertas en biohacking, la belleza comienza desde adentro, y la alimentación juega un papel crucial en la salud de tu piel. Equipar tu cuerpo con los nutrientes adecuados puede marcar una gran diferencia.
- Hidratación: Se recomienda ingerir al menos 2 litros de agua al día. Puedes aumentar esta cantidad si realizas actividades deportivas.
- Alimentación: Incorpora frutas y verduras en tu dieta con un alto contenido de agua y nutrientes, como los betacarotenos, que ayuda a preparar la piel para el bronceado, como la zanahoria.
- Antioxidantes: Comer frutas y verduras ricas en antioxidantes (como bayas, espinacas y zanahorias) ayuda a combatir los radicales libres, los cuales pueden dañar las células de tu piel.
- Protección solar: Utilizar protector solar con FPS 50+ todos los días, incluso en días nublados. Asegúrate de que sea de amplio espectro, lo que significa que protegerá tu piel de los rayos UVA y UVB.
Durante las vacaciones: presume un cuerpo radiante
Compensa la exposición al sol con una mayor hidratación. Estp es la clave para una piel saludable y radiante. Recuerda que cuando la temperatura sube, tendemos a sudar más y, por ende, perdemos una cantidad considerable de agua.
- Alimentación: Consumir frutas y verduras ricas en antioxidantes, como naranjas, limones y melón.
- Evitar el sol: No te expongas al sol de manera directa entre las 11:00 am y las 4:00 pm.
- Exposición gradual: Tomar el sol en intervalos de 15 minutos, alternando con 15 minutos de sombra.
- Serum antioxidante: Aplicar un serum antioxidante con vitamina C en el rostro antes de tomar el sol.
- Protector solar: Reaplicar protector solar resistente al agua con FPS 50+ cada dos horas.
- Evitar alimentos fotosensibles: Evitar el contacto con alimentos como el limón o la naranja que pueden manchar la piel.
- No usar bronceadores: Los bronceadores artificiales pueden dañar la piel.
- Hidratación nocturna: Usar un serum con ácido hialurónico para hidratar la piel por la noche.
- Mascarillas calmantes: Aplicar mascarillas calmantes para aliviar la piel después del sol.
Rutina secreta de reparación profunda
Mantener un estilo de vida saludable impacta positivamente en la salud de tu piel. Toma en cuenta que, a medida que cambian las estaciones, también deberías ajustar tu rutina.
- Antioxidantes: Tomar suplementos de antioxidantes para ayudar a la recuperación de la piel.
- Despigmentantes: Si hay manchas en la piel, se pueden utilizar despigmentantes con ácido tranexámico, niacinamida, hidroquinona, retinol y antioxidantes (recetados por un dermatólogo).
- Láser despigmentante: El láser Discovery Pico puede ayudar a eliminar las manchas de la piel.
- Mantener la rutina: Continuar con la rutina de cuidado de la piel para mantenerla sana y radiante.
Con estos sencillos pasos y productos adecuados para tu tipo de piel, podrás lucir una piel radiante y saludable durante todo el verano. Recuerda que la clave está en la constancia y en la elección de productos de calidad que te ayuden a mantener tu piel protegida e hidratada. ¡Disfruta del sol con una piel sana y hermosa!
