¡No lo arruines! 4 aceites que nunca debes ponerte en el cabello

Los aceites más recomendados para el cabello son aquellos que penetran fácilmente en las fibras capilares, como el aceite de coco, argán, jojoba o almendra

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Al aplicar aceites, menos es más. Aplica una pequeña cantidad en las puntas o áreas más secas para evitar un exceso de grasa.

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El uso de aceites naturales para el cuidado del cabello ha ganado mucha popularidad en los últimos años, y no es para menos. Ingredientes como el aceite de coco, de argán y de ricino son conocidos por sus beneficios para nutrir, hidratar y dar brillo al cabello. Sin embargo, no todos los aceites son adecuados para aplicarlos directamente en tu melena, ya que algunos pueden causar más daño que beneficio.

Para evitar errores, aquí te presentamos 5 aceites que nunca deberías ponerte en el cabello y las razones por las que podrían arruinarlo.

1. Aceite mineral: oclusivo y difícil de remover

El aceite mineral es uno de los ingredientes que más debes evitar aplicar en tu cabello. Derivado del petróleo, este aceite es común en muchos productos cosméticos comerciales debido a su bajo costo. Sin embargo, su capacidad oclusiva lo convierte en un mal candidato para la salud capilar.

En lugar de hidratar, el aceite mineral simplemente crea una película que bloquea los poros del cuero cabelludo y sella la humedad. Esto puede causar acumulación de productos, irritación y un cabello opaco y sin vida.

Además, el aceite mineral es notoriamente difícil de eliminar, lo que significa que necesitarás productos más agresivos para deshacerte de él, lo cual podría dañar aún más tu cabello.

aceite cabello

Recuerda aplicar estos aceites según las indicaciones específicas para obtener los mejores resultados.

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2. Aceite de cocina: los aceites de cocina no son lo mismo

Es tentador pensar que cualquier aceite que sea natural puede ser bueno para tu cabello, pero los aceites de cocina, como el aceite de girasol o el aceite de canola, no tienen las propiedades adecuadas para nutrirlo. Estos aceites están diseñados para resistir altas temperaturas y no contienen los nutrientes que el cabello necesita para mantenerse sano.

Además, estos aceites tienden a ser más pesados, lo que puede causar acumulación en el cuero cabelludo y en los folículos pilosos, lo que da como resultado un cabello graso y apelmazado. Al no tener las propiedades penetrantes de aceites como el de coco o argán, los aceites de cocina solo se quedan en la superficie, lo que hace que tu melena se vea pesada y poco manejable.

3. Aceite esencial de eucalipto: Irritante para el cuero cabelludo

Los aceites esenciales son muy populares en tratamientos de belleza y bienestar por sus propiedades aromáticas y curativas. Sin embargo, no todos los aceites esenciales son seguros para aplicarlos directamente en el cabello. El aceite de eucalipto, aunque beneficioso para despejar las vías respiratorias y aliviar dolores musculares, es muy fuerte para el cuero cabelludo y puede provocar irritación, sequedad e incluso alergias.

Si decides usar aceites esenciales en tu rutina capilar, es importante diluirlos con un aceite portador como el de coco o jojoba. El aceite de eucalipto debe usarse con precaución, y en concentraciones muy bajas, si decides integrarlo en algún tratamiento capilar.

Mujer con rayos

Después de usar aceites, asegúrate de lavar bien tu cabello con un shampoo suave para eliminar cualquier residuo.

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4. Aceite de oliva: pesado y difícil de enjuagar

Aunque el aceite de oliva es reconocido por sus propiedades hidratantes y antioxidantes, no es siempre la mejor opción para el cuidado del cabello, especialmente si tienes un cabello fino o con tendencia a engrasarse. Este aceite es muy pesado, lo que puede hacer que el cabello luzca aplastado, sin volumen y con una apariencia grasosa.

Además, es difícil de enjuagar completamente, lo que puede dejar residuos en el cuero cabelludo y provocar una acumulación que obstruya los folículos. Si tienes el cabello muy seco o rizado, podrías usarlo ocasionalmente en pequeñas cantidades, pero en la mayoría de los casos, es preferible optar por aceites más ligeros como el de argán o el de macadamia.

No todos los aceites funcionan igual para todos los tipos de cabello. Si tienes el cabello fino, opta por aceites más ligeros, mientras que si tu cabello es grueso o rizado, puedes usar aceites más pesados con mayor frecuencia.

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