El concepto de ‘hermosura’ ha cambiado radicalmente en los últimos siglos. ¡Se trata de una transformación de 180 grados! Maquillajes, peinados y cuerpos más musculosos, firmes y estilizados se unen a una gran libertad de pensamiento y acción, modas innovadoras, vidas activas y ultramodernos cuidados físicos, para modificar la imagen de la mujer del siglo XXI. Y aquellas que fueron famosas por su belleza en los años 50 o 60 como Brigitte Bardot, quien volvió locos a todos por sus desnudos, vestimenta, labios gruesos y peinados icónicos en 2019 ya no son consideradas tan atractivas.
Belleza con Bisturí
¡Hay quienes ni saben quién es la legendaria ‘BB’! Otras celebridades modernas han tomado su lugar, y a los cirujanos plásticos las nuevas pacientes ya no les piden tener la boca de Marilyn Monroe ni las facciones perfectas de Catherine Deneuve (cuyo rostro, en su momento, sirvió de modelo para los bustos de ‘Marianne’, la escultura que representa la República francesa), o los labios de la princesa Carolina de Mónaco, sino la nariz de Meghan Markle o de Kate Middleton (considerada ‘matemáticamente perfecta’); los párpados ‘de paloma’ de Keira Knightley; los pechos de la modelo Kate Upton (¡ya no los de Pamela Anderson!), y en general ser lo más parecidas posibles a Bella Hadid. Al famoso cirujano Dr. Julian De Silva, del Centre for Advanced Facial Cosmetic and Plastic Surgery en Londres, sus pacientes le solicitan los pómulos de Angelina Jolie, los labios de Penélope Cruz y el derrière (además del arco de las cejas) de Jennifer Lopez.
Según De Silva, sus clientas “saben exactamente cómo quieren lucir y cada día son más perfeccionistas y conocen todo lo último en el mundo de la belleza”. Así, verse hermosas es cada día menos ‘tradicional’, y aunque el rostro de Elizabeth Taylor era perfecto y tenía los ojos más maravillosos de aquellos años, muy pocos se acuerdan de ella y es catalogada como una belleza ‘antigua’. Por lo que les invito a recorrer, década tras década, las más lindas de cada época, y veamos si algún icono del pasado sigue aún vigente.
Bellezas históricas
Exotismo del pasado En el antiguo Egipto, la perfección del rostro de la reina Nefertiti era legendario, y para comprobarlo está el busto que resguarda el Neues Museum de Berlín. También famoso fue el allure de otra egipcia, Cleopatra, que la historia describe como una ‘devoradora de hombres’ y , además, la mujer mas sexy de su época.
Antes del siglo XX:
Mona Lisa
En el siglo XVI, en el Renacimiento, la imagen de “La Gioconda”, el famoso cuadro de Leonardo Da Vinci, era ejemplo de gracia femenina, aunque hoy día, seguramente, sería vista como una mujer poco atractiva. En esa época, a falta de fotografías, el arte proyectaba el canon de belleza que encontramos en icónicos cuadros como “La joven de la perla”, de Vermeer, o “El nacimiento de Venus”, de Botticelli, que muestra a la bella Simonetta Vespucci, la mujer de cabellos largos y rizados (¡y muy delgada para la época!), que modeló para el pintor.
Isabel I
En el siglo XVI, en el periodo isabelino en Inglaterra, la belleza femenina se ‘endureció’, y las mujeres, tratando de imitar a la poderosa y muy dura monarca, se depilaban las cejas y el comienzo del pelo para hacer la frente más ancha; se teñían el cabello de rojo vivo y buscaban un rostro uberpálido y adusto, con base en unas cremas blancas que en muchos casos tenían ingredientes venenosos. ¡No fue una buena época para la apariencia de la mujer!
María Antonieta
En la Francia del siglo XVIII, la imagen de la mujer era tan femenina y barroca como su reina, con complicados vestidos en colores pastel, toneladas de joyas, enormes pelucas, maquillaje en rosados y hasta el uso de ‘lunares’ falsos. Sus cuerpos eran descritos como ‘sólidos y curvilíneos’, pero no eran nada atléticos, pues jamás hacían ejercicio y sus figuras eran más bien flácidas. Las pinturas de Fragonard muestran a féminas de cabellos recogidos, ropas con amplias faldas y talles muy entallados, casi siempre sentadas, descansando y leyendo.
Bellezas en la corte
En el siglo XIX, en el Imperio Napoleónico, las mujeres se liberan ¡y enseñan los senos como nunca antes con el arriesgado estilo “imperio”! También proyectan sensualidad al máximo con transparencias y modelos atrevidos, pues Napoleón adoraba ver su corte llena de mujeres semidesnudas, y como la emperatriz Josefina era adicta a las mascarillas de aceite de coco que había conocido en su nativa isla de Martinica, los tratamientos de belleza se hicieron populares.
Años 20, 30, 40
Curvas pronunciadas
A comienzos del siglo XX, la imagen femenina la marcó el libertino periodo eduardiano, con mujeres voluptuosas de acentuadas pompis y cinturas pequeñas, irreverentes y coquetas al máximo. En Estados Unidos la imagen de la cortesana fue la de la bailarina y modelo Evelyn Nesbit, una chica de cabellos morenos y figura provocativa, que apenas con 15 años modeló desnuda para artistas como John Singer Sargent y volvió loco a dos millonarios: su amante, el conocido arquitecto Stanford White, y su esposo, Harry K. Thaw, quien en un ataque de celos mató de un tiro al primero en el Madison Square Garden ¡y terminó en la cárcel!
Chicas del coro
Las famosas chorus girls neoyorquinas del Ziegfeld Follies en Broadway establecieron nuevos conceptos de belleza a principios del siglo XX. Chicas sexys, semidesnudas y sin una gota de timidez, que no solo se cortaron el pelo “casi como los hombres”, y usaban las cejas muy finas y los labios rojos y bien delineados, sino que enseñaban las piernas con orgullo. Se les llamó flappers y representaron maravillosamente aquella época. El bailar con furiosa rapidez y pasión el charlestón, provocó que las mujeres se ejercitaran más y comenzaran a desear estar más ‘en forma’. Gimnasios femeninos abrieron en todo el mundo siguiendo el ejemplo de la emperatriz Elisabeth ‘Sissi’ de Austria-Hungría, quien tenía un salón de ejercicios en el Palacio Real de Viena.
Diosas de la pantalla
Las reinas del cine eran quienes ponían el ejemplo con sus estilos, como las melenas pelirrojas de Rita Hayworth y Katharine Hepburn; el aire arrogante y las cejas finas y arqueadas sobre intensos ojos verdes de la inglesa Vivien Leigh; el pelo ondeado, el constante fumar y la voz ronca de Lauren Bacall o el aire sereno, pero alegre de la sueca Ingrid Bergman.
Los estudios de Hollywood cuidaban al máximo sus imágenes, para que siempre aparecieran sin el menor descuido y con un maquillaje 100% perfecto. Entonces fue que la joven millonaria Gloria Vanderbilt, con un estilo muy distinto, se convirtió en una de las mujeres más retratadas y celebradas en Estados Unidos; puso de moda un look exótico, con makeup que acentuaba el aire asiático de sus cejas y ojos, y una sonrisa amplia, con dientes no tan perfectos, pero que resultaban enormemente atractivos. Amiga de Coco Chanel y Elsa Schiaparelli, la socialité y diseñadora neoyorquina (madre del periodista de CNN Anderson Cooper) hasta el día de hoy adora llevar una moda diferente y vanguardista, y ha sido retratada desde los 15 años por los grandes fotógrafos del mundo, como Cecil Beaton.
Años 50, y 60
Lluvia de hermosura
Los años 50 fue la época de oro de las grandes bellezas. Diseñadores de moda como Balenciaga, Dior, Chanel e Edith Head la icónica diseñadora de vestuarios de Hollywood definían la imagen de aquellas mujeres, cuyos peinados y maquillajes hicieron historia. Fue el mejor momento de Elizabeth Taylor, de ojos azules morados y protagonista de infinidad de amores, matrimonios y divorcios. Su ex esposo Richard Burton cariñosamente decía que era la más bella del mundo, “aunque tenía demasiado pecho, el talle alto y las piernas cortas”, ¡y era cierto!
Fueron los años de la llegada de una nuevo estilo de belleza: la maravillosa Audrey Hepburn, una de las mujeres más admiradas del mundo, con sus vestiditos negros de Givenchy, cejas gruesas, ojos grandes (acentuados por cortas pestañas postizas), y un cuerpo delgadísimo, huesudo y elegante, que puso de moda. ¡Además de la sonrisa más genuina y cálida del Universo! ¡Nadie como ella!
Rubias de los 50
Otra sonrisa famosa en aquellos años fue la de Grace Kelly, dueña de una belleza serena y clásica y una elegancia natural. Una mujer alta, con una figura promedio, cuyo rostro y elegante estilo eran la base de su atractivo.
Sin embargo, los cánones cambiaron ante la irrupción de la melena rubia platinada de Marilyn Monroe y su sensualidad sin artificios, a veces descuidada, mano a mano con una personalidad vulnerable y cercana, que hacía que mujeres y hombres no solo la admiraran, sino que también quisieran protegerla.
Y no olvidemos a la mítica Brigitte Bardot, la parisina imitada por todas las jovencitas del mundo, y quien en los años 50 y 60 se ganó fama de atrevida (se desnudó en su primer filme: Y Dios creó a la mujer, dirigido por su marido Roger Vadim), y fascinó a todos con su natural ingenuidad, labios gruesos e imperfecta, pero encantadora, sonrisa. ¿Curioso? A excepción de Brigitte Bardot –que tomaba el sol en las playas de St Tropez jamás veíamos a las bellezas de los 50 tiradas en la playa bronceándose, pues para entonces esto era mal visto en el mundo de la belleza.
El estilo chic se impone
Los años 60 tuvieron una gran protagonista: Jackie Kennedy Onassis, quien por décadas (hasta su muerte, en 1994) fue símbolo de la elegancia chic y el ‘aire de misterio’. Ella nos hizo ver que no es necesario ser perfectas: pese a tener el rostro cuadrado, cabellos oscuros y ondeados (que se alisaba), ojos bastante pegados a la nariz y dientes un tanto irregulares, que nunca fueron ‘enderezados’ con ortodoncia, ¡la imagen que proyectaba era ciento por ciento perfecta!
Años 70, 80 y 90
Una belleza serena
En los 70, la década de la sofisticación, la actriz y modelo Marisa Berenson era ejemplo de la belleza de la época. Nieta de la diseñadora Elsa Schiaparelli, era una de las más adoradas por los fotógrafos Richard Avedon y Helmut Newton; además, Yves Saint Laurent y Halston peleaban para que llevara sus ropas. Marisa impuso un estilo de belleza barroco, con ropas y maquillajes muy ‘de ella’, y cuando una vez la entrevisté en su casa de NYC y me dejó ver cómo se maquillaba (¡ella misma!), me impactaron sus ojos verdes-grises, los cabellos rizados naturales muy a lo Botticelli y la forma cómo se movía, al igual que un gato sinuoso. Ahora, a los 72 años, ha lanzado una línea de belleza y continúa luciendo regia.
Los enormes años 80
Ya en los años 30 y 40 la afroamericana Joséphine Baker había triunfado con su exótico atractivo en París, pero pasaron varias décadas para que las bellezas de raza negra o mestizas conquistaran el mundo. Fue en los 80 cuando mujeres impactantes, como la altísima modelo Somalí Iman, de casi 1.80 metros, educadísima y hablando cinco idiomas, o la ‘fiera’ cantante jamaiquina Grace Jones, impusieron looks en el ámbito de la moda y la música; muchas, incluso, inspiraron nuevas líneas de cosméticos “para pieles de color”. En aquellos años, modelos como Jerry Hall (entonces esposa de Mick Jagger) y la elegantísima Carla Bruni (ahora esposa del ex presidente Sarkozy) triunfaron rotundamente en las pasarelas y como imágenes de perfumes y joyas.
Las modelos Cheryl Tiegs y Christie Brinkley, estrellas de las ediciones de bañadores de Sports Illustrated, con su estilo rubio y 100% americano, también son referentes de esos años.
En la esfera de la realeza, la princesa Diana fue muy admirada. Su belleza, con una piel rosada y tersa 100% inglesa (¡nunca he visto un cutis como el de ella!), una figura alta y en forma (que encorvaba tímidamente al caminar junto a personas más bajas que ella), una sonrisa genuina y la alegría de vivir que desbordaba cuando estaba con sus hijos, le ganaron la simpatía de todo el mundo.
La década rebelde
Los cánones de la belleza se modificaron radicalmente con la imagen rompedora e irreverente de Madonna, quien transformaba su look cada día, desafiando a todos con su original ropa o cambios de colores de pelo. En libros y documentales, provocaba a todos apareciendo desnuda y haciendo alarde de una sexualidad libre. Las primeras mujeres con tatuajes que se veían cool surgieron en estos años, igual que el llevar melenas rubias ¡con gruesas raíces negras, que hasta entonces eran un ‘no, no’! En esta etapa, las cejas, mientras más finas, ¡mejor! Y una jovencísima y rebelde Drew Barrymore también fue prueba de ello.
En los 90 se ‘coronaron’ las super modelos Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Helena Christensen, Christy Turlington y Elle MacPherson, y la belleza de actrices, como Jennifer Aniston y Angelina Jolie, influyeron fuertemente.
Y llegó el siglo XXI
En el ya no tan nuevo siglo, el universo de la belleza ha experimentado profundos cambios. Reina la libertad y ya no hay ‘reglas a seguir’. ¡Todo está permitido! Una gran ayuda es el uso habitual del retoque digital, que puede hacernos lucir a todas ‘bellas y perfectas’. Igual, el mundo de la cosmética ha lanzado miles de excelentes productos ¡para cualquier parte del cuerpo! Aunque si queremos vernos divinas ‘en carne y hueso’, hasta chicas jovencísimas pasan por el bisturí del cirujano plástico y reciben el efecto de la liposucción, los ‘fillers’ y el botox. La belleza de los 2000 tiene a su disposición muchas nuevas técnicas, que igual cambian 100% la sonrisa con bellos implantes dentales, o alteran la forma del cuerpo con tratamientos láser o de lipoescultura.
La era de las bloggers
Ahora, las bellezas son cantantes, actrices, modelos, socialités y algo totalmente nuevo, las blogueras, como la it girl’ Olivia Palermo, quien siendo medianamente guapa, aunque muy fotogénica, desde 2006 se ha hecho famosa por levantar fotos para millones de seguidores, imponiendo moda y recomendando artículos de belleza, además de viajar por medio planeta sin gastar un solo centavo con su novio, el modelo Johannes Huebl.
Y no podemos dejar de hablar del fenómeno creado por la bloguera italiana Chiara Ferragni (con 16 millones de seguidores, donde muestra cada minuto de su vida), y a quien contratan por cifras millonarias un gran número de casas de belleza y de moda internacionales para que sea ‘embajadora’ de sus productos.
Belleza se escribe... ¿con K?
Entre las modelos y reality stars (ejemplos de extravagantes estilos en el siglo XXI), tenemos a las multimillonarias hermanas Kardashian Jenner, entre ellas Kim, ¡quien se hace tratamientos en el cuerpo semanalmente y los graba para su programa de televisión!; su casi billonaria hermana Kylie, dueña de una exitosa línea de belleza (considerada la empresaria joven más rica del mundo) y la supermodelo Kendall Jenner, con 64 millones de seguidores en Instagram y las piernas más largas del mundo del modelaje.
Las bellezas de hoy no siguen reglas, sino que las crean. Se cambian el color del pelo, se aumentan los pechos o se hacen tatuajes ¡sin pensarlo dos veces!, como es el caso de Paris Jackson y Lady Gaga. Otras, como Jennifer Lopez, cuidan su cuerpo con guantes de seda y pasando varias horas en el gimnasio. En el caso de Rihanna y Beyoncé, ambas adoran sus curvas, y como también son golosas, aunque ganen o pierdan peso, no hacen dieta, pero sí masajes ¡y gastan calorías bailando!
El atractivo ‘real’
Y en el mundo de los royals se destacan por su atractivo tres mujeres muy diferentes: el look 100% inglés de Kate Middleton, la mestiza belleza y el estilo al vestir de Meghan Markle (ya muchas chicas quieren tener su nariz) y la bella Carlota Casiraghi, quien parece un clon de su madre, la princesa Carolina de Mónaco.
Otras hermanas son las modelos Gigi y Bella Hadid, con looks diferentes entre sí, quienes reinan en las pasarelas y protagonizan campañas publicitarias. De origen árabe-danés, son dos de los ángeles de Victoria Secret: ejemplos, sin duda alguna, de bellezas del siglo XXI.