Las várices son un problema estético y de salud que afecta principalmente a las mujeres, especialmente a partir de los 30 años. Estas venas dilatadas y retorcidas suelen aparecer en las piernas y pueden generar molestias como pesadez, dolor e hinchazón.
Aunque existen tratamientos médicos y quirúrgicos eficaces, cada vez más personas buscan alternativas naturales que complementen su rutina de cuidado diario. Y según diversas fuentes científicas, un aceite elaborado con tan solo dos ingredientes podría convertirse en un gran aliado.
Aceite de ciprés y aceite de almendras: una combinación poderosa contra las várices
El aceite esencial de ciprés es conocido por sus propiedades vasoconstrictoras, antiinflamatorias y estimulantes de la circulación sanguínea. Un estudio publicado en Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine señala que los aceites esenciales como el de ciprés pueden mejorar la microcirculación y reducir síntomas asociados con insuficiencia venosa crónica, una de las causas de las várices.
Por su parte, el aceite de almendras dulces actúa como un excelente vehículo para diluir aceites esenciales y facilitar su absorción sin irritar la piel. También posee propiedades emolientes, que ayudan a mantener la piel suave y nutrida.
Cómo preparar y aplicar el aceite para las várices
Solo necesitas mezclar 10 gotas de aceite esencial de ciprés con 30 ml de aceite de almendras. Esta preparación debe aplicarse con suaves masajes circulares, ascendentes desde los tobillos hasta las rodillas, idealmente dos veces al día. La constancia es clave para notar resultados visibles a largo plazo.
La acción del aceite de ciprés sobre la circulación ayuda a fortalecer las paredes venosas y disminuir la acumulación de sangre, uno de los principales factores detrás de la formación de várices. El masaje, además, contribuye a estimular el retorno venoso y a aliviar la sensación de pesadez.
Antes de aplicar cualquier aceite esencial, se recomienda hacer una prueba en una pequeña zona del cuerpo para descartar reacciones alérgicas. Además, este tratamiento no sustituye la atención médica, pero puede ser un complemento eficaz si se combina con hábitos saludables como el ejercicio regular, una dieta balanceada y evitar estar de pie por largos periodos.