De nada sirve usar las cremas más exclusivas y los tratamientos con los ingredientes antiedad más poderosos. Además de una completa rutina de cuidados, debes frenar el efecto de los enemigos de la piel, esos que ocasionan el envejecimiento prematuro. Si quieres combatir sus efectos, primero tienes que conocerlos.
Todas hemos jugado a la famosa pregunta: ¿cuántos años crees que tengo? Y como si se tratara de una cuestión de vida o muerte, esperamos ansiosas la respuesta. Para algunas la réplica es satisfactoria “te ves más joven”, pero cuando es opuesta pareciera una cadena perpetua.
Nuestra aliada para conocer las claves de una piel joven es la doctora Ana Cecilia Arias, cirujana dermatóloga, quien deja claro que las características de cada tipo de piel son determinadas por la edad, los factores hereditarios y el ambiente en el que vivimos. “El proceso de envejecimiento ocurre de manera simultánea en todo nuestro organismo; sin embargo, nuestro rostro es una de las áreas más evidentes”, expresa. Aquí el manual para conservar la juventud.
¿Qué provoca el envejecimiento en la piel?
No hay nada mejor que mantener a raya los hábitos nocivos y es que además del cronoenvejecimiento, existen alteraciones importantes que suelen marcar los signos de la edad: la exposición solar crónica (mejor conocida como envejecimiento) y las modificaciones cutáneas vinculadas a los cambios hormonales, como la menopausia. Pero si a ello añadimos factores provocados por mañas prácticas en nuestra rutina diaria, las líneas de expresión comienzan a hacer su aparición antes de tiempo. Entonces, ¿qué debemos evitar?
- Fumar: “Y es que los cigarillos reducen la cantidad de flujo sanguíneo que llega a la piel, lo que la priva de oxígeno y otros nutrientes esenciales que conllevan a la deshidratación”, advierte la experta. Como resultado, la dermis de las fumadoras toma un aspecto grisáceo y demacrado. Los efectos nocivos del tabaco además afectan el pelo al tornarse quebradizo y perder su luminosidad.
- Tomar alcohol: Beberlo reduce el nivel de vitamina A en el organismo, que contribuye a la regeneración de las células en la piel y es un antioxidante que contrarresta el efecto de los radicales libres en el cuerpo. “Las bebidas alcohólicas dilatan los vasos sanguíneos, lo cual produce enrojecimiento y sensibilidad en el cutis”, señala la doctora Arias.
- No descansar lo necesario: Los desvelos juegan en nuestra contra, ya que la dermis aprovecha las horas de sueño para regenerarse. El sueño insuficiente favorece la aparición de arrugas, ojeras y un aspecto de tez apagada y grisácea. Mientras dormimos, nuestro cuerpo libera hormonas, como la melatonina, que, además de regular el sueño, tiene un efecto antioxidante. Sin duda, nuestra rutina de belleza favorita.
- El estrés crónico: De nada servirá tener las emolientes más exclusivas ni las fórmulas más innovadoras si la piel sufre de ansiedad. “La acumulación de situaciones estresantes es capaz de agregar muchos años más al ADN de una persona que los de su edad cronológica real”, confiesa la experta, y agrega que durante periodos de ansiedad se producen desbalances hormonales que impiden que las células se regeneren de manera normal, por lo que mientras más estresada se encuentre una persona más posibilidades tiene de que su dermis envejezca de modo prematuro.
En la lucha contra el paso del tiempo, no estás sola. Identifica cuáles son los enemigos silenciosos que aceleran el envejecimiento prematuro. Y ponles un freno. Tu piel es tu carta de presentación, y cuidarla es fundamental para mantenerla joven y radiante.