Porque sabemos que no te gusta que tu rostro brille, te damos algunos consejos para terminar con él
¿No importa cuánto maquillaje uses, tu piel no deja de lucir grasosa? Quizás sea momento de hacer algunos cambios, tanto en los productos que usas como en tus hábitos de belleza.
Hidrata tu piel. La hidratación es básica si quieres tener una piel sana, ya que si se encuentra seca, la propia piel producirá aceites y esto la hará lucir brillosa. Además, si no está bien hidratada, las partículas muertas obstruirán los poros y producirán grasa innecesaria. Esto lo puedes hacer con productos con textura ligera o en gel.
Usa base líquida. Si ya tienes una cutis grasa, usar una base en crema aumentará el problema en lugar de disimularlo; al contrario, si te decides por una base líquida, que se compone principalmente de agua, lograrás que el brillo disminuya.
Apuesta por los polvos compactos. Estos no son los únicos que eliminan el brillo, como se cree comúnmente, sin embargo, le dará a tu rostro un acabado más uniforme.
Ten una rutina de maquillaje. Si bien los productos pueden hacer la diferencia entre tener o no tener brillo, la correcta aplicación puede hacer una gran diferencia.
Debes empezar limpiando e hidratando tu cara, luego aplica la base líquida hasta que tu rostro tenga un color y textura pareja, si lo haces con un brocha, mucho mejor.
Luego, y solo si es necesario, cubre las ojeras e imperfecciones con un corrector. Después, aplica el polvo con pequeños toques en todo el rostro. Por último, procede con la máscara de pestañas, sombras, rubor y labial.
Si sigues estos consejos seguramente batallarás mucho menos con ese brillo tan molesto.
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