Las mascarillas, una opción ideal para mimar la piel tras el invierno

Las mascarillas

Después de la época de frío, el rostro puede verse reseco y apagado. Es por eso que hidratar la piel es de suma importancia, y aquí te damos algunas opciones para que logres un cutis hermoso

Todos los años, después del invierno, muchas personas se ven confrontadas con el mismo problema: la mirada en el espejo devuelve una piel cansada, opaca, a la que le falta frescura. Hay varios motivos por lo que esto sucede: por un lado, la producción de las glándulas sebáceas remite con el frío. Esto hace que la piel se vea muy seca, en parte hasta escamosa. Sin embargo, el mayor estrés para la piel es la alternación entre el frío exterior y el calor interior de las calefacciones.

Por eso, a cualquier cutis le hace bien un cuidado extra después del invierno. Y en estos casos, las mascarillas de belleza demostraron ser grandes aliados. Las sustancias contenidas en una mascarilla tienen un dosaje mucho mayor que en una crema de cuidado diario. A veces, la concentración es hasta diez veces más alta.

Lo ideal es que un dermatólogo o un cosmetólogo evalúe cuál es la mascarilla ideal para cada piel, ya que las opciones son muchas. Hay mascarillas para aportar humedad, y otras que combinan humedad y nutrientes, productos antiage y muchas opciones más. Por eso, además de estar atento al tipo de piel, es importante prestar atención a lo que una mascarilla no debería contener: conservantes como derivados de los formaldehídos que pueden provocar alergias.

Si se tiene piel seca, lo mejor es que la mascarilla tenga un alto contenido de lípidos. El ácido hialurónico también es bueno a la hora de devolverle humedad al cutis. Quien quiera un efecto antiage, debería recurrir a los productos con retinol, ya que éste no sólo reduce pequeñas arrugas, sino que también mejora la firmeza y estructura de la piel y fortalece su función de barrera.

Además de las mascarillas que se pueden comprar ya preparadas en la farmacia, hay una serie de variantes que puede hacer uno mismo. Un clásico es la máscara de requesón, pero también hay ideas más exóticas. En Internet circulan muchísimas variantes, y en las tiendas se consiguen varios libros con recetas caseras.

La mascarilla de aguacate es un verdadero milagro para la tez estresada por el frío: contiene ácidos grasos no saturados, minerales y vitaminas, como la A y la E. Por eso es ideal para las pieles secas y, además, sus componentes grasos penetran rápidamente en la piel.

Si bien suena más exótica, también está la mascarilla de chocolate. Muchos salones de belleza la ofrecen, ya que las chauchas de cacao contienen una alta cantidad de grasas y antioxidantes.

Además de sus numerosos efectos sobre la belleza de la piel, las mascarillas tienen otra ventaja, que no hay que subestimar: el tiempo que lleva dejarlas actuar es la oportunidad perfecta para distenderse y olvidar por unos minutos lo más agobiante de la rutina diaria.

En cuanto al tiempo necesario para que la mascarilla actúe, éste varía. En general, es de 10 a 15 minutos. La mascarilla debe colocarse sobre la piel perfectamente limpia y luego retirarse bien con agua tibia.

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