Las brochas de maquillaje son herramientas indispensables en la rutina de belleza, pero su uso continuo puede acumular residuos de productos, bacterias y aceites que no solo afectan la aplicación del maquillaje, sino también la salud de la piel. Limpiarlas regularmente es crucial, y hacerlo correctamente no tiene por qué ser complicado. Aquí te contamos cómo lograrlo paso a paso.
Por qué es importante limpiar tus brochas de maquillaje
El uso frecuente de brochas sucias puede causar problemas en la piel, como brotes de acné, irritaciones y obstrucción de los poros. Además, el maquillaje no se aplica de manera uniforme si las herramientas están saturadas de producto. Según expertos en dermatología, lo ideal es limpiar las brochas utilizadas con productos líquidos al menos una vez a la semana y las de polvo cada dos semanas para mantener una higiene adecuada.
Paso a paso para limpiar tus brochas de maquillaje
- Prepara los materiales. Necesitarás agua tibia, un limpiador específico para brochas o un jabón suave (puede ser de bebé o uno líquido con PH neutro), y una superficie rugosa, como un guante de silicona o una alfombrilla de limpieza.
Moja las cerdas. Sumerge solo las cerdas de la brocha en agua tibia. Evita mojar la base del pincel, ya que la humedad puede debilitar el pegamento y hacer que las cerdas se desprendan.
- Aplica el limpiador. Coloca una pequeña cantidad de jabón o limpiador en la palma de tu mano o sobre la alfombrilla. Gira suavemente la brocha en círculos para que el producto penetre y elimine la suciedad acumulada.
- Enjuaga bien. Aclara las cerdas con agua tibia hasta que el agua salga limpia. Nuevamente, evita que el agua alcance la base del pincel.
- Secado adecuado. Retira el exceso de agua con una toalla limpia, dándole forma a las cerdas. Coloca las brochas en posición horizontal o con las cerdas hacia abajo para secarlas. Nunca las seques verticalmente, ya que el agua podría filtrarse al mango y dañarlo.
Si no tienes tiempo para una limpieza profunda, puedes optar por un limpiador en spray que elimine residuos superficiales entre usos.
Además, te recomendamos que no uses agua caliente, esto puede dañar las fibras, especialmente si son sintéticas. Y mantén tus brochas en un lugar seco y lejos de la humedad para evitar que acumulen bacterias.
Limpiar tus brochas no solo alarga su vida útil, sino que también asegura que tu maquillaje se vea impecable y que tu piel se mantenga saludable. Dedica unos minutos a este proceso y notarás la diferencia en los resultados.
Incorporar esta tarea a tu rutina semanal hará que sea más sencillo mantener tus herramientas en perfecto estado y listas para usarse. ¡Tu piel y tu maquillaje lo agradecerán!